MafiaAU + omegaverse sin koseis.
Bakugo Katsuki tiene a sus pies al alfa más poderoso del continente asiático.
Logró cautivar a Midoriya Izuku, el jefe de la mafia más grande de todo Japón, desde el primer momento en que cruzaron miradas. Y cuando...
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Cinco años atrás.
Shoto se encontraba en el balcón de su habitación, con sus codos apoyados elegantemente sobre la barandilla y una de sus manos posicionadas en una de sus mejillas, observando a sus hermanos y hermana en el jardín.
Natsuo y Fuyumi estaban en sus formas híbridas correteandose entre si, como si fueran unos cachorros, mientras Touya mantenía su mirada fija en las letras impresas sobre las páginas de un libro entre sus manos, desviando de vez en cuando la mirada hacia sus hermanos para regañarlos por jugar tan rudo.
El menor de los Todoroki no entendía como sus hermanos, siendo mayores que el, podían vivir sus vidas tan despreocupadamente.
Se suponía que Touya debería estar entrenándose y formándose para un día hacerse cargo del puesto en la mafia que le pertenecía por derecho, pero no, su madre le había elegido a el. Alegando que el era él único capaz de poder llevar a cabo su plan de derrocar a su padre y ocupar su lugar. No obstante, su madre, luego de un accidente -cuya causa aún es desconocida- había quedado postrada en una cama.
Casi no hablaba y no respiraba por su cuenta, si no a traves de una máquina, era cuestión de tiempo para que su corazón se detuviera para siempre; Shoto sabía eso muy bien pero aún así no fue un impedimento para que continuara estudiando a escondidas de su padre, porque si este llegara a descubrir el plan no tardaría en unirse a su madre en el mundo de los muertos. Eso estaba garantizado.
Cada cierta semana, una mujer aparecía en la mansión junto a su único hijo para revisar que todo estuviera bien con Rei. La cuestión es que jamás le había prestado atención hasta el día de hoy, cuando le vio salir al jardín y tomar asiento en un lugar apartado de sus hermanos la curiosidad invadió su sistema.
Relajado salió de su habitación, y unos cuantos pasos más tarde se topó con aquella mujer de cabellos largos verdosos y mirada dulce del mismo color. Muy amable y gentil para ser una alfa.
