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Al llegar a la mansión, Midoriya cargo con el omega por la misma ganándose las miradas curiosas de todo el personal. Sus subordinados se mantenían al margen, sin apartar la mirada de un punto fijo, arrodillandose cuando el alfa pasó frente a ellos y poniéndose de pie solo cuando le vieron desaparecer por las largas y enormes escaleras en forma de espiral, que le guiaron hacia los infinitos pasillos hasta su habitación, cerrando la puerta con seguro una vez que se encontró en el interior.

Casualmente cuando estuvo por depositar al omega sobre su cama para que estuviera cómodo este pego un salto, bajándose así de sus brazos al mismo tiempo que rasguñaba su mejilla causándole un ligero ardor y un susto de muerte al creer que todavía se encontraba dormido.

—¿Pero qué haces?— pregunto pasando las yemas de dos de sus dedos de su mano izquierda por la herida, viendo al chiquillo pegar su espalda contra la puerta de la habitación respirando agitado.

—¿Dónde estoy?

—Yo pregunte primero.

—¿Que mierda es lo que quieres? ¿Porqué me trajiste aquí?

—¿Podrías calmarte? No te voy a morder.

—¿Porqué me trajiste aquí?— repitió apretando sus dientes completamente enojado, aunque en el fondo estaba aterrado. Izuku noto lo último, así que suspirando dejo el saco sobre un perchero devolviendo su mirada esmeralda al omega.

—¿Acaso no es obvio? —el cenizo temblo cuando le vio quitarse sus anillos— eres un niño, no tenías que estar allí, por eso te traje— bien, ahora estaba malditamente confundido y lo demostró soltando una risa sarcastica llena de nerviosismo puro.

—Como si estar aquí contigo no fuera lo mismo que estar con alguno de esos desgraciados.

—Si te traje aquí fue para-— el le interrumpió con rabia.

—¿Para ser tú puta y calentar tú cama? Oh no espera, algo mejor, para exhibirme como un maldito trofeo solo porque soy un omega— Izuku inhalo ondo y camino hacia el.

—Si te saqué de esa mierda y te traje aquí no fue para que seas mi puta ni ninguna de las mierdas que dijiste. Lo hice para que tuvieras algo mejor que ese agujero.

—Oh, pues sorpresa idiota: jamás pedí que me sacaras de allí.

—No necesite que me lo dijeras, con verte basto— el omega gruño.

—¿Quién mierda dice que no estaba bien en ese "agujero"?

—Claro —Izuku rió sin gracia— entonces dime que las relaciones sexuales que mantuviste todo este tiempo con esos desconocidos mayores que tú fueron consentidas y no violaciones pagadas.

—¡Cierra la maldita boca! tú no sabes una mierda de mi ¡no me conoces!

—No, no lo hago y ¿sabes que? Tampoco quiero hacerlo.

—¡Entonces para que mierd-— iba a decir para que mierda me trajiste pero el alfa no le dejo terminar ya que tomo su muñeca, sin hacerle daño realmente, y le hizo caminar al interior de un baño dentro de la misma habitación. Y una vez dentro volteó su cuerpo, pegando su vientre y palmas en aquel doble lavabo de mármol, tomando sus mejillas con una de sus manos dejándole frente a frente con su propio reflejo. Permitiéndole observar su rostro cubierto de maquillaje, el cual aún se encontraba intacto.

—Esto, esto es lo que no quiero conocer. Porque no es el verdadero tú— hablo antes de volver a tomar su muñeca y obligarlo a moverse hacía la ducha abriendo la llave mojandolo de pies a cabeza cuando le depósito bajo la misma, comenzando a lavar su cabello y rostro con cuidado, sin importarle que ambos estuvieran vestidos y que sus ropas empezaran a empaparse poco a poco.

Obey | DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora