POV NATALIA
Que Alba me llamara de forma tan repentina me extrañó. Me quedé parada en la puerta de la cocina.
- ¿Necesitas algo, Alba? - dije con voz entrecortada.
- ¿Podemos hablar? - pidió y yo asentí-. ¿Te importa si vamos mejor a mi cuarto? - sugirió.
- Eh, no claro que no - dije nerviosa.
Entramos a su habitación. Estaba claro que el efecto Alba Reche se encontraba en cada uno de los rincones de esas cuatro paredes. Cuadros hechos por ella misma colgados encima de la cama y del escritorio. Tenía montado un equipo de grabación encima de éste, con su ordenador, su micrófono y se equipo de mezclas. Dos estanterías llenas de libros, discos y vinilos se alzaban majestuosas sobre las paredes blancas y la cama de matrimonio. Encima de esta se encontraba una guitarra negra y un cuaderno, seguramente donde anotaba el fruto de su inspiración.
Alba me invitó a sentarme sobre su cama al lado de ella y así hice. Ella cogió aire después de unos segundos de silencio. Seguramente estaba pensando cómo empezar la conversación.
- Quería disculparme por el recibimiento que te he dado - dijo apenada y sin ser capaz de mantener contacto visual conmigo-. La he tomado contigo sin darte ni siquiera la oportunidad de conocerte.
- Realmente el primer contacto ha sido éste, ¿no? - bromeé y ella sonrió por primera vez-. Alba, mírame - le pedí-. No puedo ni imaginar lo duro que ha tenido que ser para ti irrumpir en el mundo de la fama de un día para otro y tener que aguantar que la gente se meta en tu vida privada. Pero sólo te puedo decir que aunque sea tu fan, lo primero y ante todo eres una persona normal y corriente. A mi solo me interesa tu música, lo que hagas en tu tiempo personal y con quien decidas hacerlo me la trae al fresco.
- Gracias, Natalia - dijo sincera-. Pero necesito que me perdones, yo no soy así. La cuarentena me está volviendo más majara de lo que soy normalmente.
- No hay nada que perdonar, seguramente hubiera reaccionado igual en las mismas condiciones. Dicen que soy un poco rarita a la hora de relacionarme con la gente - bromeé sobre mi misma-. ¿Qué te parece si empezamos desde 0? - sugerí.
- ¿También olvidamos que te haya visto desnuda? - dejó caer la rubia y yo me puse roja como un tomate.
- Que vergüenza... - susurré.
- Yo con ese cuerpo no me avergonzaría - dijo sincera y era ella ahora la que se estaba ruborizando.
- ¿Alba Reche tirándome fichas? - pregunté sorprendida-. La persona más guapa de España piropeándome, yo ya me puedo morir tranquila...
- Tonta - dijo y apoyó su cabeza sobre mi hombro.
- Hola, soy Natalia Lacunza. Tu madre me ha ofrecido vivir con vosotras durante la cuarentena, para que no esté sola en un hostal mientras trabajo en el hospital como enfermera.
- Hola, soy Alba Reche. Soy cantante y ahora está todo parado por lo que me dedico a holgazanear e intentar componer - dijo sonriendo y ambas estrechamos las manos a modo de saludo.
- ¿En serio? Algún día me tendrás que cantar algo... Ahora con poco ya te llaman cantante - me burlé y me llevé un golpe cariñoso en el brazo-. Ahora en serio, gracias por darnos la oportunidad de conocernos.
- Gracias a ti por ser tan comprensiva y no mandarme a la mierda en la primera de cambio - susurró sin ser capaz de dejar de mirarme a los ojos.
- Soy enfermera, la paciencia es mi virtud - le guiñé el ojo y ella achinó los suyos mientras sonreía. Intenté coger aire después de tener a Alba a menos de 30 cm de mi y ver cada una de sus expresiones-. Además, si alegas cualquier duda sanitaria y después te quieres desahogar o hablar conmigo, todo lo que se diga a partir de ese momento quedará bajo estricto secreto profesional- ella asintió y yo me levanté dispuesta a irme a mi habitación.
- Buenas noches, Natalia - me despidió-. Mucho ánimo para mañana.
- Buenas noches, rubia y muchas gracias - me despedí sintiéndome mejor. Alba Reche no me odiaba.
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Resistiré (ALBALIA)
Fanfiction¿Qué ocurre cuando en tiempos de cuarentena te mudas a casa de tu amor platónico? Ida de olla durante los salientes de noche.