POV NATALIA
Exhausta, sin fuerzas. El pequeño piojo había agotado cualquier resto de energía que mi cuerpo tenía.
- La infusión sería afrodisíaca, pero tú te has tomado un redbull o algo peor... - le dije a Alba - no mientas - dejé varias caricias por su pecho desnudo.
- JAJAJAJA - reía de forma contagiosa-. No digas tonterías, mi estimulante eres tú. Me pones a 100, cariño - se sinceró antes de darme un tierno beso en mi labios-. A ver si para otra vez tu cerebro no olvida nuestros encuentros más íntimos... - dijo con rintintin.
- Con él hablaré seriamente, no te preocupes - le confirmé y volví a atraerla hacia mi-. Puff, deberíamos darnos una ducha, olemos un poco fatal... - dejé caer-.
- ¿Juntas? - propuso Alba-.
- Yo creo que mejor separadas... - la rubia hizo un puchero - bastante ha sido el concierto que hemos dado de buena mañana - bromeé porque estaba claro que tanto Rafi como Marina nos habían escuchado.
- Nat, si mi madre te ha dado el brebaje, ya te digo yo que, han huido despavoridas hacia la terraza para no escucharnos... - dijo Alba mientras se levantaba y me daba una visión perfecta de su culo-. ¿Te gusta lo que ves? - preguntó Alba viendo mi cara embobada y yo asentí. Se marchó hacia el armario para coger toallas y ropa limpia contoneándose y volviendo a encenderme.
- No juegues con fuego, Reche - la amenacé - todavia creo que me dura el efecto de la infusión... - confesé.
- Te espero en la ducha, morena - dijo antes de salir por la puerta. Suspiré y salí tras ella.
El agua de la ducha corría por el cuerpo de Alba. Me metí tras ella, acariciando su piel y sintiendo su calor. Jamás creería que volvería a sentir los efectos de estar tan a gusto con alguien. Me estaba enamorando de Alba como persona, porque como artista, ya lo estaba antes. Alba se dió la vuelta, acariciándome la cara mientras yo apoyaba mis manos en su cintura.
- ¿Qué pasa? - pregunté sin dejar de mirar sus ojos miel que me tenían loca.
- Cachi nada - susurró Alba.
- ¿El qué? - volví a preguntar.
- Tú - contestó la rubia antes de capturar mis labios y dejarnos llevar nuevamente bajo el agua caliente.
Alba se vistió primero para traerme ropa. No quería tentar a la suerte de que mi suegra o mi nuera me vieran como Dios me trajo al mundo.
Cuando salimos, Rafi y Marina estaban sentadas en el sofá.
- Buenos días - saludé tanteando el ambiente.
- Buenos días serán para ti, guapa - soltó Marina-. !Traumatizada para toda mi vida escuchando follar a mi hermana!- exclamó la pequeña de la familia-. No merezco-. Nos habían escuchado y yo no sabía donde meterme. Alba llegó en mi defensa.
- Envidia, Mini - dijo orgullosa-.
- Encima se regodea la cabrona - dijo indignada Marina-.
- Hace dos días me estabas diciendo que no follaba y ahora que lo hago... -bufó mi chica.
- !Si yo no te digo que no lo hagas, pero sed más silenciosas, coño! - soltó - que hay gente que estamos más solas que la una - confirmó-.
- Lo que yo digo, envidia - confirmó Alba riéndose de su hermana.
- Niñas, Marina tiene razón. Podéis controlaros un poco y no parecer gatas en celo... - empezó a decir Rafi, pero yo ya estaba muerta de vergüenza. Quería huir de allí, lejos, a Madagascar, por ejemplo. Puta mierda de Coronavirus.
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Resistiré (ALBALIA)
Fanfic¿Qué ocurre cuando en tiempos de cuarentena te mudas a casa de tu amor platónico? Ida de olla durante los salientes de noche.