*Samantha's POV*
Cuando Samantha salió del metro, aún podían verse los últimos rayos de sol. Sabía que era un error ir sola a aquella fiesta. Había intentado que la acompañara Ana, pero tenía cena familiar para celebrar que había terminado el instituto, algo que había lamentado profundamente, pues la oportunidad de estar cerca de Zayn la seducía mucho más que cenar en un restaurante con sus padres y sus hermanos. Solo esperaba que Zayn no se enrollara por ahí con alguna chica y la dejara colgada. Mientras caminaba, le pareció ver a lo lejos a Caleb, su hermano. ¿No se suponía que tenía partida en línea de Call of Duty o Halo o de cualquiera de esos rollos de pegar tiros que le gustaban? Al menos es lo que le había dicho para no llevarla. ¿Por qué le había mentido? ¡Si al final resultaba que iban casi a la misma calle! ¿Qué le costaba haberla acercado? No tenía sentido, salvo que tuviera algo que ocultar... ¿Habría quedado con una chica? ¡Imposible! Se trataba de su hermano, ese friki socialmente incompetente que sabía más de los elfos que de las mujeres. Pero, entonces, ¿por qué iba tan arreglado? Se había puesto camisa, y solo lo hacía en bodas, bautizos y comuniones. A veces, ni eso. Estaba claro que algo raro pasaba. Paseaba nerviosamente por la acera y a cada rato miraba el celular. Intentó hacer una llamada, pero nadie debió de contestar, porque volvió a guardar el teléfono en el bolsillo. Daba la sensación de que la persona con la que había quedado no aparecía. Tras esperar un buen rato, le vio marcharse con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. ¿Lo habrían plantado? Tendría que sonsacarle de algún modo, pero había jurado no volver a hablarle en la vida. A ver cómo lo conseguía.
Se encendió un cigarro, ya que era bastante improbable que estuviera permitido fumar en la fiesta. Sin embargo, cuando llegó a la dirección que le había indicado Zayn, descubrió aliviada que el bar tenía una pequeña terraza a pie de calle. Allí estaba Colton, un compañero de Zayn casi tan alto como él. Desde la perspectiva de Samantha, que superaba escasamente el metro sesenta, los dos juntos se asemejaban a las torres gemelas.
—¡Samantha! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo estás?
—Muy bien. ¿Y tú?
—¡Pfff! Algo tocado, y eso que todavía es muy pronto, pero es que somos unos bestias y nos pusimos a beber mientras terminábamos de prepararlo todo... ¡Por cierto, felicidades! Me ha dicho Zayn que has terminado hoy.
—¡Gracias! Por fin se terminó la pesadilla.
—¿Y qué piensas hacer en el verano más largo de tu vida?
—Voy a cuidar a los hijos de mi padre para sacar algo de dinero.
No le importaba. Para ella, no había ningún plan que superara estar en Greenwoods con sus amigos. Quería terminar todos los papeleos e irse para allá. Aunque ya nada fuera igual que antes, no podía imaginar un lugar mejor para pasar el verano.
***
—Lo siento —dijo Harry mientras entraba atropelladamente—. Olvide el reloj y se me pasó la hora.
—Hijo, eres una calamidad —lo reprendió Anne—. Estamos todos esperándote y Louis está cansado después de un viaje tan largo.
—Lo siento mucho —repitió Harry consternado, dirigiéndose a Louis.
—Vámonos, no sea que perdamos la reserva.
Bajaron todos al jardín para subirse al carro.
—Puedo ir en la moto, mamá —intervino Harry
—No, mejor vamos todos juntos, que con lo desastre que eres, no me extrañaría que fueras a parar a la otra punta de la provincia. Ponte tú en medio, Harry, y abróchense el cinturón.
Louis iba tan pegado a la puerta que se estaba clavando la guantera lateral en la pierna. A pesar de tener más espacio que él, Harry iba encogido. Era alto y, aunque delgado, tenía una complexión fuerte.
—Papá —dijo Harry—, la próxima vez vamos en tu carro porque en este no cabemos.
—Vaya. Este carro no está pensado para familias numerosas —añadió Anne sonriendo.
—Parecemos sardinas en lata —prosiguió Harry antes de que Simon le interrumpiera.
—Una lata carísima. No entiendo cómo un coche tan enano puede costar este dineral...
—¡Si lo usas más que yo! Cuando te lo presto, no lo sueltas.
—Papá, creo francamente que es la edad, ¿verdad, Anne? —dijo guiñándole un ojo—. Reconócelo, papá, en el fondo te gusta llevar un coche juvenil.
—Creo que voy a dejarte en la próxima esquina para que vayas a pie al restaurante y ejercites tu espíritu juvenil.
—No lo haces, ¡qué gruñón te has puesto con la edad! —siguió bromeando.
—¡Tú sigue!
Pasaron por una glorieta para acceder a una urbanización de casas.
—¡Anda! —dijo Lucas—. ¿No es esa la casa de...? Se ve luz.
Louis se dio cuenta de cómo a Harry le cambiaba la cara. Dirigió la mirada a la luz que iluminaba una ventana a lo lejos.
—Hijo, ¿sabes si han vuelto?
—No. No sé nada —contestó serio. Ya no volvió a abrir la boca en todo el trayecto.
Fueron hasta un restaurante cercano situado en la ladera de la montaña.
Louis pasó la mayor parte de la cena en silencio. El sitio era muy bonito y la comida no estaba mal, pero no quería estar allí. Mientras cenaban, pensaba que en el próximo año y medio iba a pasar la mayor parte del tiempo con aquella gente: unos perfectos desconocidos. Ojalá lo pudiera pasar hibernando. Sabía que tenía que adaptarse a esa nueva vida, pero sentía que no le quedaban fuerzas. Se sintió aliviado cuando por fin pidieron la cuenta y se sentaron de nuevo en el carro. Al llegar, subió a su cuarto tan rápido como pudo. Acababa de quitarse la ropa para acostarse, cuando alguien golpeó su puerta. Era Harry.
—Perdona, es que con las prisas se me olvidó darte esto —dijo mientras le alargaba una pequeña bolsa con tres adaptadores—. No había en la ferretería del pueblo, así que tuve que acercarme al centro comercial. Espero que con estos tres tengas suficientes, porque no había más y van a tardar algunos días en traer otros. Avísame si necesitas algo más.
—Gracias —respondió Louis, algo sorprendido.
Harry guardó silencio unos segundos, como si estuviera pensando qué decir.
—Buenas noches —dijo finalmente mientras se dirigía a la puerta.
—Buenas noches.
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Greenwoods. (Historia Larry)
FanfictionLa vida de Louis da un giro trágico e imprevisto cuando pierde a sus padres y se ve obligado a trasladarle a una pequeña urbanización en Londres junto a sus tíos. Mientras trata de reponerse, tendra que adaptarse a un país que le resulta ajeno, y a...