17- La sospecha.

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 Todos los días, Louis salía a correr con Samantha. A las ocho y media llegaba siempre puntual a buscarlo en su carro. Conducían hasta el bosque, donde lo dejaba estacionado, y corrían durante una hora. A pesar de que a esas horas había aire fresco, estaba empapado de sudor.

Comenzó a percibir el murmullo del agua. Ya estaban cerca. La meta era llegar hasta el rio y el premio, hundir los pies en su agua helada y poder hablar sentados en la orilla. Le gustaba Samantha, pero no en un sentido romántico. Era una persona transparente, resultaba muy fácil hablar con ella y sabía escuchar.

Tardaron un buen rato en recuperarse. El agua estaba tan fría que apenas podía sentir los pies.

—Cada vez tardamos menos en llegar —dijo ella. Tenía la voz dulce y cálida.

—Sí. Vamos a tener que ir ampliando el recorrido.

—Podemos venir por otro camino que es algo más largo, aunque es también más empinado. Trascurre por allí —le indicó al tiempo que se giraba y señalaba hacia una zona del bosque que era más cerrado.

—Quizá la semana que viene —respondió Louis sonriendo—. Mira cómo estamos...

Samantha parecía no haberlo oído y seguía mirando hacia el bosque.

—¿Qué miras?

—No sé. Creí ver a alguien... Tal vez fue el viento.

Tomaron un poco de fruta y agua.

—Hoy hace un mes que llegué a Inglaterra.

—¿Y qué opinas?

—Creo que tengo suerte de estar con mis tíos y con ustedes, pero aún me cuesta estar aquí: esta no es mi casa, aunque esté bien. Con Simon me llevo genial y Anne es encantadora, pero Tom es algo pesado y con Harry apenas tengo relación. La verdad es que echo de menos mi casa y a mis padres. ¡Menos mal que te tengo a ti, Sam! Tú eres lo mejor que me ha pasado aquí.

Samantha lo abrazó y le dio un fuerte beso en la mejilla.

—Lo que te ha pasado es horrible, pero a veces la vida da pequeñas compensaciones: te ha traído aquí y hemos podido conocerte. En este poco tiempo te has convertido en mi mejor amigo y estos te quieren muchísimo, así que ya verás como poco a poco te ocurre lo mismo con Harry. Él es una persona un tanto especial, ya lo sabes, pero es increíble. No está atravesando su mejor momento y está muy centrado en su carrera, pero de verdad que es una grandísima persona. Dale tiempo...

Se quedaron en silencio. Louis miraba el rio que formaba pequeñas corrientes alrededor de sus pies. La brisa hacía ondear los árboles, cuyas hojas brillaban con destellos plateados bajo la luz del sol, el mismo sol que lo alumbraba en Ashford. El mundo era muy pequeño y, sin embargo, estaba demasiado lejos de su hogar.

—Dime una cosa —dijo Sandra interrumpiendo sus pensamientos—, ¿dejaste a alguien en Ashford?

—¿Cómo a alguien?

—Alguna novia, alguna amiga especial...

—Pues... había un chico que me gustaba, Jason Miller.

—Oh, tú eres...—respondió Samantha

—¿Qué? ¿gay? Si, pero no. También he tenido novias.

—Ya...

— Pero ninguna de mis relaciones han sido gran cosa, no pasan del mes.

—Entonces, ¿nunca te has acostado con nadie? Perdona, no quiero entrometerme. A lo mejor no te gusta hablar de esto.

—No, no me importa. Pues no, no me he acostado con nadie. No creo que sea tan raro y tampoco he conocido a nadie que valga la pena... ¿Y tú?

Greenwoods. (Historia Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora