—¿Que le dijiste quéééé? —la cara de Phoebe era un poema—. ¿Estabas borracho o algo así? ¿En qué estabas pensando?
—En nada y sabes que yo no tomo cerveza antes de las diez de la mañana, jeje. Ahora en serio: solo quería ser amable. Parecía sentirse mal por no hablar mucho conmigo y quería decir algo que le hiciera sentir mejor.
—Y si querías que se sintiera mejor, ¿por qué no le dijiste le dabas una mamada?
—¡Qué estúpida eres! Tú siempre pensando mal.
—Oye, quién sabe, a lo mejor tu técnica funciona. Lo siento, Lou, pero creo que el subconsciente te delató... ¡Ese tipo te gusta!
—Te odio.
—Bueno, sigue contándome lo del bosque... Que miedo.
—Pues sí.
—¿Y qué es lo que le pasó a aquella chica?
—Sam no me ha querido contar nada y no me he atrevido a preguntarle, aunque ya tengo curiosidad.
—Tengo que dejarte, que me está llamando Terrence. Platicamos más tarde...
—Ok.
Louis seguía dándole vueltas a lo de aquella chica. No entendía por qué Samantha se había puesto tan nerviosa al hablar de aquello. Quizá en Internet hubiera algo... pero ¿qué es lo que tenía que buscar? Probó con «Greenwoods » y «desaparecida» en Google. Para su sorpresa, la búsqueda devolvió gran cantidad de resultados. Desechó las primeras entradas, ya que trataban del cadáver sin identificar descubierto unas semanas atrás. Sin embargo, varias páginas más adelante encontró información sobre una desaparición que se había producido anteriormente. Decidió empezar por un artículo de un periódico local. Allí relataban que una chica de dieciocho años, Agnès Gaudet, había desaparecido dos veranos atrás sin dejar ningún rastro, salvo una chaqueta que encontraron río abajo unos días después, por lo que dedujeron que se había ahogado...
De repente, Louis cayó en cuenta y se quedó paralizado. ¡Agnés! ¿No era ese el nombre que aparecía en la foto de Harry? Sí, estaba prácticamente seguro. Podía oír la música que llegaba desde el cuarto de Harry, así que en ese momento le era imposible entrar a comprobarlo. A lo mejor se trataba de una mera coincidencia, pero Agnés no era un nombre muy común... Tenía que ser ella... En la foto aparecían besándose, así que debía de ser su novia... ¡La novia de Harry había desaparecido! Ahora entendía por qué Samantha no quería hablar de eso: todos estaban en las fotos, ella la conocía...
Estaba tan nervioso, que se puso a pasear por la habitación. Era eso lo que le había pasado dos años atrás a Harry, claro. Quitó de un manotazo toda la ropa que había acumulado sobre el escritorio y se sentó allí con la laptop para seguir leyendo. Había desaparecido en la madrugada del 16 de agosto, según diversos testimonios, había regresado a casa, pero inexplicablemente ya nadie volvió a verla nunca. Estuvieron buscándola durante días hasta que encontraron su chaqueta en el río. Nunca localizaron el cuerpo, aunque no era extraño, porque el lecho del río estaba cubierto de una espesa capa de vegetación donde podía haberse enganchado y el fango el agua estaba muy turbia y los submarinistas encargados del rescate no tenían visibilidad. Las labores de búsqueda se prolongaron durante los días siguientes, pero, ante la falta de pistas, poco a poco fueron desistiendo. También encontró anuncios con fotos de la chica, en los que se solicitaba la colaboración ciudadana. Eran como los que tantas veces había visto en los cartones de leche de los supermercados de Ashford y que muy pocas veces se había parado a leer.
Volvió a levantarse y a pasear por la habitación. No recordaba exactamente la dedicatoria: «¿Te querré siempre?», «¿Juntos eternamente?». Pero estaba segura de que la firmaba Agnés. Harry nunca estaba a estas horas en casa y justamente hoy...
Decidió seguir revisando los resultados de Google. En muchos de ellos se mencionaban actos y manifestaciones que se habían celebrado aquí y en Francia, pues al parecer su madre era francesa y habían vivido allí durante muchos años. Siguió bajando con la rueda del ratón hasta que el nombre de Harry apareció en una de las referencias y se confirmaron todas sus sospechas: era la misma Agnés. Se trataba de un artículo posterior del mismo periódico local en el que publicaban un comunicado de los padres de la desaparecida donde expresaban su apoyo al novio de su hija, ya que algunas personas del pueblo habían insinuado que podría tener algo que ver. La policía lo había descartado como sospechoso y ellos tenían la certeza absoluta de que no estaba implicado en lo sucedido... Aquello era demasiado... Comenzó a mordisquearse las uñas. ¡Harry había sido sospechoso! Entonces le vino a la mente la conversación que escuchó en la tienda de maderas el día que acompañó a Simon. Aquel que iba a vender la casa debía de ser el padre de Agnés y por eso el nombre de Harry había salido en la conversación...
Estaba tan nervioso que notaba una fuerte presión en los ojos y en el pecho. ¿Y si había tenido algo que ver? ¿Y si...? No, no podía ser. Era un estúpido por pensar eso. Le faltaba el aire. Tenía que contarle a alguien lo que había descubierto, pero a quién. No podía hablar con nadie que pudiera tener algo que ver con ella y todos aparecían en las fotos, incluso Liam. Se puso los zapatos y salió de la habitación. Necesitaba marcharse de allí, la sensación de claustrofobia era cada vez mayor. Al abrir la puerta, pudo escuchar la música que provenía del cuarto de Harry con más nitidez. Pasó veloz por delante de su dormitorio hacia la escalera y bajó directo al jardín, donde estaba Anne.
—Me voy —le dijo sin acercarse—. Vuelvo en un rato.
Anne sonrió y se despidió con la mano. Louis dio media vuelta para dirigirse hacia la reja, pero se topó con Harry, que bajaba hacia el jardín en ese preciso momento, y se estremeció al verlo. Harry dio unos pasos atrás, tropezó con la escalera y cayó de espaldas.
—Lo siento —dijo Louis—. Me asustaste... ¿Estás bien?
—Sí, ¿qué te pasa? Me...
—Tengo que irme —le interrumpió. Aunque intentaba mantener la calma, iba tan rápido que casi corría. Atravesó la puerta sin mirar atrás y salió corriendo.
***
—¿Qué ha pasó? —le preguntó Anne al rizado.
—No lo sé —respondió él con gesto de dolor—no le hice nada.
—¿Qué tienes en la espalda?
—Me caí la escalera.
—Sí, ya veo, te está sangrando. Ve buscar a tu padre, está en el despacho, y que lo revise.
Estaba dolorido y enfadado. No entendía por qué Louis se había asustado de aquella manera. Parecía que se hubiera topado con el mismo demonio. Se miró en un pequeño espejo que había en la sala antes de dirigirse al despacho para intentar entender qué era lo que había visto. Adónde iría tan rápido...
—No es nada —dijo Simon después de mirarle la herida—, pero te va a molestar unos días porque está en un mal sitio.¿Por qué se habrá asustado así? Eres feo, pero como para salir corriendo, tampoco...
Harry sonrió.
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Greenwoods. (Historia Larry)
FanfictionLa vida de Louis da un giro trágico e imprevisto cuando pierde a sus padres y se ve obligado a trasladarle a una pequeña urbanización en Londres junto a sus tíos. Mientras trata de reponerse, tendra que adaptarse a un país que le resulta ajeno, y a...