Parte 10: Viral

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Amanecí en la azotea del edificio, desnudo, con la luz del sol despertándome entre la incógnita de cómo bajar sin ser visto y saber qué pasó con el nuevo jefe. Me escabullí entre las escaleras de emergencia y llegué con cuidado a mi departamento por una de las ventanas en el patio que dejo abierta para una ocasión como estas. Di un salto de dos pisos para llegar ahí pero quizá la agilidad que me da la bestia es lo que evitó que me lastimara. 

Me tomé un baño porque apestaba y puse la radio en el celular para intentar escuchar alguna noticia y en unos minutos sucedió. La información de animales muertos por el norte de la ciudad y más aún, hablaban de evidencia en video. Me zumbaron los oídos de los nervios y terminé de bañarme, mientras me secaba y me vestía encendí el televisor y los comentarios de espectáculos estaban ahí. Intenté buscar en mi celular la información pero de los nervios lo dejé caer. Esperé pacientemente al resumen, me serví un vaso de agua fría, saqué un par de galletas del paquete y escuché atento.

-Una bestia rondó el norte de la ciudad, algunos captaron a este animal con sus celulares y esas son las imágenes que les compartimos, aun no hay notificaciones de que hubiese escapado del zoológico o de alguna casa que tenga en su poder de manera clandestina animales exóticos. La policía rodeó el lugar y los servicios de control de animal aunque no se encontraron aun victimas humanas, solo animales en cuya ruta se ha acordonado, por lo que sugerimos tomar vías alternas.

Nada sobre el jefe y ningún mensaje en el teléfono. Quizá lo imaginé. Ya con el móvil en la mano revisé el video publicado en diversas cuentas en redes sociales. No era lo más nitido pero tampoco era uno de esos que se comparten de avistamientos de ovnis. No se percibían todos los detalles pero tuve una percepción más real viendo desde afuera. Mi video personal de la transformación no me daba muchas señas de mi tamaño a comparación de otros. El dolor de mis huesos no me dejaba saber que tanto crecía y ahí me vi. Nunca fui bueno para dimensionar pero podría asemejarlo, un poco más grande al tamaño de una Harley, no era el gigante que esperaba pero si muy imponente. 

Busqué en internet los sitios de las noticias de nota roja y descubrí con repulsión las fotos de los pobres animales que devoré a la mitad. Volvió esa sensación entre asco y placer que cruzaba mi dualidad. Me puse los audifonos y toqué "Everybody wants to rule the world" de Tears For Fears para comenzar mi camino al trabajo y despejarme al menos un momento. Al llegar a la oficina Sofía me detuvo antes de sentarme en mi escritorio.

-Creo que nos van a pedir cubrir turnos hoy

-¿Por qué?

-Hay mucho trabajo, quieren que cubramos la noticia del lobo 

-Pero no es precisamente la area de la revista

-Lo quieren para redes. Y ¿ya te enteraste no? Subieron la noticia al grupo de Whatsapp

-Lo tengo silenciado

-El jefe murió, de un paro cardíaco, en la calle.

-Pero dijeron que la bestia no mató humanos

-¿Bestia? ¿El lobo? No murió por eso, le dio un infarto afuera de su casa.

Lo maté, lo hice. Me arrepentí al ultimo minuto y aún así lo hice.

-¿Van a despedirnos?

-¿Estás bien? No lo sé, ¿por qué preguntas eso? Supongo que no. ¿Quieres sentarte? Te ves raro

-No, está bien, ¿qué se necesita?

Con cámara en mano me subí al auto de mi compañero Armando para recorrer la ruta del lobo con la esperanza de encontrarlo. Una parte de mi estaba asustada y otra reía a carcajadas, indirectamente maté a un hombre y lo que estábamos buscando estaba justo aquí, era mi persona, pero jamás habría rastro sino hasta cerca de 30 días después. Sabiendo que no haría el mismo error. 

-¿Viste los videos? Ojalá que no nos encontremos eso. De seguro se escapó de una casa de narcos, ¿no crees? Esos tienen de todo, o del Cardenal, ese tipo tiene también como un zoológico en su casa. Aunque estaba enorme, yo digo que del tamaño de un auto si es. ¿Y qué cuentas? Casi nunca platicamos. ¿Alguna galana en puerta? ¿Algún galán? 

-No

-Nomás cuidado con tener hijos, la verdad es que los quiero un chingo pero está pesado, si es mucho compromiso.

Por unos momentos me proyecté fuera de mi cuerpo mientras seguía platicandome apasionadamente sobre su vida cotidiana. Le envidiaba hasta cierto punto. Pero sus palabras calaron un poco, quizá ya era tiempo de perder el miedo y volver a salir, logré controlarme en la forma de bestia. Quizá lo peor ya no podía pasar.

O tal vez podía regresar a mi país, a mi ciudad, con mi familia. Posiblemente la aventura terminó y era tiempo de volver, eso me dejó una sonrisa en el rostro. 

Los colmillos de Rishaan (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora