El shock fue tan grande que ni siquiera me molestaba el olor a cadáveres a mi alrededor, me aterraba más que alguien me encontrara ahí, estaba sucio, desnudo, cubierto con la sangre de ellos. Mi respiración estaba agitada, el frío de la mañana me calaba. El sol estaba por salir, intenté distraerme recordando en que momento de la noche la transformación a humano sucede, mientras trataba de no tropezarme alejándome. El campo estaba abierto, por lo que no había nada a la vista con que cubrirme, me limpié un poco con el agua en un recipiente de donde beben las vacas. Me acerqué un poco a la casa en medio de la granja esperando encontrar ropa tendida pero lo único que hubo era una manta enorme con la cual me cubrí.
No había ruta en la cual no me topara con gente, tampoco tenía mis llaves a la mano, nunca pensé en un plan b para cuando algo así sucediera. Pasé por las vias del tren y caí más hondo al robar un pantalón y una playera de la ropa entre aquellos que viven ahí pero prometí que regresaría para enmendarlo. Toqué a la puerta de Sofía, no había otra opción, mis pies estaba negros por la mugre y olía muy mal, yo mismo sentía el olor.
Prometí explicarle todo apenas me diera un baño, revisé antes mi celular y tenía un mensaje que en el previo de la pantalla decía "Tengo buenas noticias" por parte de Adrith. Mientras estaba en la ducha caí en cuenta que aquella manada conocía donde vivía, donde trabajé y muy probablemente a quienes frecuentaba. Sofía y Alejandra estaban en peligro. Mi novia no contestó las tres veces que marqué a su número mientras me vestía. Le pedí a Sofía que no se moviera, que no saliera, en un par de horas regresaría, le dije que tenía una sorpresa positiva para no arreglarla, aunque su expresión de desconcierto de hace unas horas aún continuaba.
Tomé un Uber para llegar pronto con Alejandra, le mandé un mensaje antes para preguntar su ubicación y ahí me contestó que estaba ocupada y no pudo contestar pero me esperaba para comer. No fui a su casa por temor que alguien me siguiera. La manada que vi anoche eran cerca de cinco o seis personas, Guillermo y Anastasia como humanos tenían un aspecto común, así que podría ser cualquiera. Mi paranoia escalaba cada vez mas. Temía recibir una llamada o un mensaje de ellos.
Alejandra estaba contenta de verme, la comida fue muy agradable, pero la estaba poniendo en peligro. No sabía si mentirle, apartarme o terminar y sin tener filtro dije lo que había guardado, que regresaría a mi ciudad y quería que me acompañara si así lo quería.
-No era algo en mis planes, tengo una carrera aquí y un buen trabajo, si no acepto ¿qué pasará?
-¿Te refieres a una relacción a larga distancia?
-Nunca he creído en eso.
Sentí como si mi sangre se congelara, creí que nuestra relación estaba firme y que al menos podríamos dialogar más. Ella guardó silencio un momento y me sonrío.
-Fue bueno mientras duró- dijo con la voz entrecortada y me dio un abrazo que le correspondí.
Aguanté las lagrimas porque esa decisión aunque dolorosa quizá fue lo mejor. Sofía me esperaba sonriente pero al llegar no aguanté y rompí en llanto. Se acumuló la ruptura con ver mis planes modificarse, antes de salir de este país tenía que cerciorarme que esa manada no le hiciera daño a los míos. Entre a mi departamento y le mandé mensaje a Anastasia, tenia que verlos esa misma noche.
Quizá esperaban ese mensaje porque me contestaron a la brevedad y me citaron en una plaza comercial, a las 20:00 horas justo en la hora pico entre la multitud que llega al cine y a cenar. Dudo que su intención haya sido mantenerme seguro pero lo acepté. Pensé en hacerme de una arma casera, al menos una navaja o algo similar pero no tuve algo a la mano ni la imaginación para elaborarlo. Vi a los dos acercarse desde lo lejos pero estaban solos, miré a un lado y otro con cautela para intentar descifrar quienes les acompañaban. Como en esas películas de espías cuando una decena de personas deambulando son parte del equipo.
-Tranquilizate- dijo Guillermo.
-Estoy tranquilo
-No nos acompaña nadie, pero si, somos cerca de una docena hasta el momento, no tienes que seguir buscandolos.
-No quise encontrarlos ayer, fue un accidente.
-No, te dejamos un rastro- dijo Anastasia.
-¿Qué quieren? ¿No tienen empleos o algo? ¿Se dedican a reclutar hombres lobo? ¿Para que quieren una manada?
-Eres nuevo en esto
-¿Nuevo? llevo diez años siendo un licantropo.
-Encerrado en tu mundo- me decía sin dejar de sonreír y entonces lo supe, ella era la líder.
-¿Qué pasa? ¿Hay cazadores? ¿Estamos en guerra con los vampiros?- dije con una risa nerviosa.
-¿Nunca te sentiste perdido en este mundo?
¿Estaba hablando en serio? ¿Eramos adultos o niños de secundaria? Nunca conocí otros hombres lobos pero ya tenía mi manada, mis amigos, mi familia. Sin embargo puse en uso mis conocimientos en cultura pop y películas para evitar cometer una imprudencia, fingiría que estaba de acuerdo en unirme a ellos entre tanto planeaba algo, ya sea para romper su manada o comprar de alguna manera la seguridad de mis seres queridos.
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Los colmillos de Rishaan (Completa)
TerrorUn hombre lobo se siente atrapado entre la violencia de su maldición y la adrenalina que le inunda cada luna llena, llega a una etapa de su vida en que no sabe si encontrar una cura por más demente que sea, o sacar provecho de lo que sus colmillos s...