Parte 24: La mascota

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El lobo dormía a un lado de mis pies mientras investigaba en la computadora, Sofía y Adrith miraban desde el fondo de la habitación, aunque les dije que no les haría daño, su tamaño era imponente pero me trataba como un fiel can a su dueño. En el zoológico ya sabían de su ausencia ya que según las noticias encontraron al resto deambulando por el parque y asumieron que el faltante saltó hacia la barranca que se encuentra muy cerca.

Había una recomendación a la gente de mantenerse atentos por si encontraban a un lobo en las calles, una sugerencia que provocó el pánico entre la gente al recordarme deambulando aquella fatídica noche. Desde el anuncio los noticieros jugaban con ambos acontecimientos y con el miedo de la gente.

Llegando al mediodía el lobo se mostraba ansioso y mi teoría era que estaba hambriento asi que mis amigos salieron a comprar un poco de carne mientras seguía buscando en internet más noticias sobre lobos enormes deambulando en las calles, pero parece que yo fui el único descuidado. Me comenzó a doler la cabeza y me recosté a un lado del animal, pensaba que caminaba en otro callejón, que nunca encontraría a otra manada, que no podría huir ni quedarme, que además de la maldición de la bestia ahora mi vida estaría condicionada por ellos.

Buscando "manada" por internet descubrí varios artículos interesantes y sus descripciones me parecía ajenas a lo que estaba viviendo. Hablaban de una ética grupal, del apoyo entre ellos, de las tareas asignadas y la convivencia. Y puse atención en que un alfa no solo es un líder sino un servidor ante el resto, aquel que incluso se sacrifica en un ataque. Comparado con lo que estaba viviendo es como si dicho concepto hubiese sido contaminado por la naturaleza humana, corrompido. Mi idea de que en realidad se trataba de una secta se mostraba más claro.

Ahora mi prioridad era regresar al lobo al zoológico por la noche o en la madrugada, según el consenso con mis amigos. Ya estaban tardando mucho y les mandé un mensaje, al abrir la aplicación vi que no había respondido a Óscar bastante tiempo y lo saludé. Me preguntó cómo estuvo mi día hasta ese momento y mentí diciendo que "tranquilo". Era como un descanso cálido ante el caos al cual no me molestaría volverme adicto por un tiempo.

La madrugada llegó y fuimos a dejar al animal, Sofía y Adrith no hablaron mucho ese día, nos dejaron la carne que devoramos casi cruda mientras pasaban tiempo en el departamento de ella. Me intrigaba lo que habían platicado.

-¿Está todo bien?- les pregunté

-No lo sé- dijo Sofía- ¿ya le contestaste a la mujer lobo?

-Aun no, en realidad no sé si debería hacerlo, siento que le daría importancia si lo hago.

-Muy bien

No dejaban de ver al lobo, se tocaban a veces la garganta como cubriendo o protegiendo. Comenzaron a hablar entre ellos, Adrith le mostraba fotos en su celular de su esposa, hijos, paisajes, desde lo que vi por el reflejo en el retrovisor. Llegamos al zoológico en medio del silencio, apagaron el auto y esperaron a que hiciera lo mío.

Caminé junto al animal hasta la reja cerrada que de nuevo debíamos saltar. No miré intenciones en seguirme porque se quedaba sentado. Pasé la reja y regresé un par de veces y ahora no me seguía. Lo acariciaba como a una mascota pero no respondía, comencé a aullar y a lo lejos escuchaba a sus compañeros pero él guardaba silencio. Me miraba como a la espera de algo pero cuando le ordenaba no actuaba adecuadamente.

Esta vez me costó más trabajo escalar para entrar pero lo logré y me adentré esperando que me siguiera, me guié un poco con la luz de la luna porque no quería llamar la atención si usaba la linterna de mi celular. Me parecía raro que algunas areas del zoologico estuvieran iluminadas como la entrada al acuario o al serpentario, pero las lamparas del camino estaban apagadas. Escuché pasos por detrás y verifiqué rápidamente que se trataba del lobo que me seguía asi que caminé hasta su area.

El telefono sonó, era Adrith

-!Sal, escóndete o corre! - exclamó y escuché el sonido de un auto arrancando y luego colgó.

No escuchaba sirenas de alguna patrulla de policía y eso me asustó más. Entrar al área de los lobos parecía más complicado que un día antes y escuchar los pasos de gente acercándose fue el detonante para lograrlo. Los lobos me recibieron junto a su hermano perdido como un cachorro recibe a su amo humano en casa después de días de ausencia, uno de ellos aulló y traté de calmarlo acariciándole.

Me oculté entre las sombras para ver sorprendido a Anastasia y su clan de ocho personas, no sé si todos eran hombres lobo y ya no recordaba cuantas bestias vi aquella vez. Llegaron corriendo al área y desde las penumbras los observe. Era complicado pero entre la escasa iluminación percibí que dos de ellos portaban escopetas. Uno de los lobos quería salir e intenté detenerlo pero era más pesado y mi fuerza no le impedía el paso. Caminó lentamente fuera de esa especie de cabaña donde se ocultan del sol y donde estaban durmiendo y escuché un par de disparos.

No era como si pudiese llamar por su nombre a ese animal como a una mascota pero sus instintos hicieron que escapara. Después al volver el silencio este fue cortado por varias sirenas de vehículos y el grupo de personas corrieron intentando huir. Las lamparas del zoologico que iluminan el camino peatonal se encendieron de nuevo y pude ver a lo lejos como eran detenidos por agentes de seguridad, escuché un par de disparos y dos más. Llamé a mis amigos, asumiendo que habían escapado a tiempo y cuando Adrith contestó tuve que guardar silencio. Algunos agentes se acercaron al área iluminando con sus linternas, buscando algo, tal vez a mi. Los lobos salieron y caminaron para postrarse en el pasto mientras los vigilantes volvieron hacia la entrada.

Los colmillos de Rishaan (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora