Los días se volvieron extraños, pasaban como si estuviéramos adormecidos. Tratabamos de mantenernos en casa para estar a salvo y eso me estaba desgastando. Los días a la siguiente luna llena se acortaban y necesitaba tener certeza del futuro así que ante todo raciocinio le pedí una cita para que Anastasia fuera honesta, no quería más ambigüedad.
Esto parecía un deja vu, con una diferencia en la locación, esta vez en un parque llenos de familiar, padres e hijos jugando mientras resolvía mis interrogantes de frente. Ella llegó agrupada de ocho personas más, dos mujeres de rostros muy parecidos como si fuesen madre e hija, otra mujer de la tercera edad, el hombre que la acompañó la primera vez no estaba, otros tres jovenes de mi edad y un hombre de cabello largo y sin dientes terminaban el cuadro.
-Esto es aburrido. ¿Acaso juegas con nosotros?- me preguntó
-Esta no es una manada, es un culto ¿cierto? no es una jerarquía, simplemente son tus servidores y eso esperas de mí.- pensé que acerté porque todos quedaron inmóviles, el hombre sin dientes me miró fijamente y su cuerpo se encorbaba hacia a mí, esperaba que corriera a golpearme de un momento a otro.
-No es un culto, simplemente soy su guía.
-Se honesta, ¿qué es lo que buscas de mí? ¿Es mi procedencia? ¿Piensas que tengo algún conocimiento ancestral que corre por mis venas? Porque hasta hace unos meses jamás supe de actos tan bizarros como los que me han mostrado. Asi, tienes razón, jamás me interesó pertenecer a tu grupo, ya tengo una manada, por así decirlo, soy el unico licantropo ahí pero no es problema para ello.
Uno de los jovenes parecía temblar, comenzó a sudar en exceso y me quitaba la mirada cuando lo observaba, lo recordaba de algún lugar pero no estaba seguro.
-Eres un delincuente, robaste un lobo del zoológico. Está en las noticias. Nadie sabe quién fue pero una llamada anónima al 911 cambiará eso.
-¿Es una amenaza?
-Es un hecho- dijo mientras hizo la seña a la anciana de llamar por su celular, se separó unos minutos y al regresar tiró el celular al piso, lo pateó hasta romperlo y destruyó la tarjeta SIM.
-Eres el presentador de noticias- le dije al joven que sudaba copiosamente y en ese momento quiso correr pero otros dos de su clan lo detuvieron.
Quería llamar a mis amigos pero me quedé congelado.
-O estoy contigo o estoy muerto, esto queda más claro hoy- reproché antes de correr entre la multitud, miré de reojo y los vi siguiéndome tal como pensé. No necesitaba más tiempo para conversar, eran argumentos inútiles. Corrí a casa sin detenerme, esquivando algunos autos y sin mirar atrás. No estaba seguro de lo que harían si rechazaba unirme a ellos pero no era complicado asumir que involucraría a mis amigos. Ellos salieron por la mañana a la casa abandonada de la abuela de Sofía, en plena hora pico y vigilantes de algun auto que los siguiera. Yo tenía que verificar que nuestra casa quedara fuera de sospechas. Llegué justo entre el alboroto, los vecinos se congregaron cuando una patrulla de la policía y de control animal arribó.
Llegué enfrentando el problema y por ello arriesgando todo.
-¿Puedo servirles en algo oficiales?
Comentaron de la llamada anónima, que pudiese ser una falsa alarma pero querían estar seguros. Yo les abrí las puertas de cada departamento y por cerca de media hora revisaron cada rincón. Sofía se habia llevado al lobo tal como le pedí, además limpiaron mi departamento de cualquier rastro.
-Una disculpa, es nuestro trabajo.
-No hay problema oficiales.
Esperé hasta la madrugada para llegar hasta la otra casa, asi pondría atención si alguien me seguía ya fuese en auto o caminando. En el camino reflexioné sobre mis hábitos como medio para salvar a mis amigos. Nunca tuve el interés de compartir mi vida personal a través de las redes sociales, por lo que no había fotos en línea que me relacionaran con ellos directamente. No era una garantía, pero si intentasen algo deberían pasar por toda la lista de empleados de la revista como uno de sus recursos.
Los siguientes días fueron más abrumadores, con mi temor de volverme irracional al acercarse la luna llena. Sofía y Adrith no ocultaban su ansiedad por estar presentes y ver mi transformación, una idea que yo no aprobaba. La casa vieja estaba un poco derruida en el interior, pero conservaba algunas puertas con rejas de metal en donde pensaba encerrarlos. Sabía que esa noche era el momento para enfrentarme con ellos, animales a animales.
Ellos estaban más nerviosos que yo, casi suponía que elaborarían botanas para ver el espectáculo. La ansiedad me hizo devorar trozos de carne cruda en el desayuno, comida y cena, compartiéndolos con Poe. Al llegar el día me distraje escuchando una amplio set list de música ochentera, The Cure, Tears for Fears, Hall & Oats, Whitesnake, The Bangles y surtieron efecto como una especie de sedante que me permitió recargar mi energía.
La noche llegó y poco a poco comenzó la transformación. Poe estaba encerrado junto a mis amigos. Y los primeros minutos vi sus rostros entre sorprendidos y horrorizados, hasta que el dolor y mi interés por mantener el control en la bestia desvió mi interés. Esta vez más allá del olfato mis sentidos estaban alerta y seguí la pista, en unos minutos Poe ya estaba a mi lado, no me importaba ser registrado si bien existía la posibilidad del uso de armas de fuego por parte de la policía por controlarnos.
Tampoco sería indiscreto, sólo contemplaba las posibilidades. Caminamos discretamente entre la oscuridad de la noche, evitando calles iluminadas, bajando la cabeza para no alterar a cualquier persona que se cruzara en mi camino.
El clan tuvo una idea opuesta, no pasó mucho tiempo cuando escuchamos gritos de pánico en la plaza principal. Escalamos hacia la azotea de los edificios cercanos para una mejor visión. Dos bestias aterraban a un decena de personas, que corrían y se ocultaban. Un hombre sostenía en sus manos una vara de metal y los animales se avalanzaron mordiendo sus brazos y desprendiendo uno de ellos. Mi instinto me hizo correr hacia ellos y atacar, sin pensar en los humanos alrededor. Ataqué primero al que le desprendió el brazo y lo sometí poniendo mis colmillos en su cuello, a punto de morder las sirenas de la policía me distrajeron y el llanto de Poe que estaba acorralado por dos más. Di un zarpazo a la bestia que sometía y huimos de ahí pero el escenario parecía replicarse en otras partes de la ciudad.
Podía escuchar lo que pasaba a lo lejos, el clan estaba sembrando el pánico en la población pero lo más aterrador fue lo que sucedió frente a los ojos de todos y que mis amigos me platicaron al siguiente día y verifiqué con horrendos videos.
El joven presentador de noticias se transformó frente a los ojos de todos, masacrando entre ellos a una serie de políticos corruptos que fueron invitados al noticiero antes de que lo pudieran controlar y matar. La gente del staff estaba desconcertada cuando comenzó la transformación, algunos quedaron impávidos cuando su piel humana se rasgó para después romperse salpicando de sangre. Los más hábiles se refugiaron y otros corrieron. El productor jamás detuvo la transmisión hasta que se lanzó a los invitados que ya estaban buscando una salida. Le importaba más el raiting y su ambición le costó la vida, cuando el animal intentaba huir y lo destripó a su paso.
Los dos hombres más ricos de la ciudad fueron asesinados de manera similar, destrozados por bestias que fueron controladas por el personal de seguridad después de una ardua pelea que los dejó heridos antes de matar a los animales. El tercer y ultimo hecho, registrado por cámaras de seguridad fue en la prisión de máxima seguridad donde delincuentes agresivos así como de cuello blanco fueron devorados por tres bestias que salieron heridas pero vivas en una masacre que se llevó con ellos agentes de seguridad. Los animales saltaron hacia uno de los patios desde las azoteas a las cuales treparon con facilidad. Algunos barrotes estaban destrozados, la sala de seguridad bañada en sangre y con pedazos de humanos por doquier. Un guardia intentó crear caos para escapar al abrir las rejas de los presos lo cual no hizo más que ofrecer un banquete a los animales.
El único hecho que fui testigo más allá de la plaza fue otro señuelo por parte del clan. Una bestia más aterrando una plaza comercial. Ser dos animales contra uno jugó a nuestro favor haciéndole huir mientras lidiábamos con escapar vivos. Y justo cuando decidimos regresar a casa, escuché un disparo y un quejido. Poe estaba herido en una pierna, el policía corría hacia nosotros y otros más lo seguían, mientras otro par subía a una patrulla para perseguirnos. Lo agarré con mis colmillos desde su espalda y corrí. Lo mantuve en mi hocico cuidando de no lastimarlo hasta que los perdí y entonces lo recosté en el piso para revisar. Solo tenía una bala en la pierna. La herida sangraba pero el resto de su cuerpo estaba ileso. intentó pararse pero el dolor se lo impedía asi que lo cargué hasta casa. En el camino escuchaba aullidos a lo lejos, insistentes, amenazantes.
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Los colmillos de Rishaan (Completa)
HorrorUn hombre lobo se siente atrapado entre la violencia de su maldición y la adrenalina que le inunda cada luna llena, llega a una etapa de su vida en que no sabe si encontrar una cura por más demente que sea, o sacar provecho de lo que sus colmillos s...