Desperté en la cama de un hospital, con el brazo vendado, me sentía bien lo cual me confundió más. Sentada a mi lado estaba Sofía. Abrí la boca pero las palabras tardaron en salir.
-¿Qué pasó?- pregunté
-¿Cómo te sientes?
-Mal, ¿qué sucedió?
-No lo sé, estamos esperando que nos digas. Te encontraron en la oficina, la ventana estaba rota, y tú estabas desnudo, con el brazo y las piernas llenas de heridas. ¿Entraron y te asaltaron?
-¿No se ve nada en las cámaras?
-¿Las de la oficina? No, no funcionan, están ahí solo para asustar, no sirven.
Eso me daba ventaja y la aproveché, pero no caí en la trampa de elaborar demasiado mi excusa.
-No recuerdo, me imagino que pudo ser, no lo sé. Solo recuerdo la ventana rompiéndose y cuando caminé hacia allá. Después ya no tengo más recuerdos.
Sofía me miró preocupada.
-Bueno, por el momento el día de hoy no podemos hacer nada hasta que peritos haga su investigación en el lugar, todos trabajaremos desde casa, yo aquí con la laptop mientras estoy al pendiente de ti. Ya le avisé a Alejandra y al salir del trabajo pasará contigo.
-Gracias
En la siguiente hora que estuve despierto me comencé a desesperar, al punto de querer salir de ahí, pero los médicos no me darían el alta. Tuve miedo al pensar si hicieron algunos análisis para verificar mi salud y hubiesen encontrado algo.
Una enfermera llegó acercándose la noche y revisó todos mis signos vitales y no se sorprendió que lo único que quedaba en mi eran las heridas superficiales en mi brazo y mis piernas. Fingí que me dolían un poco para no evidenciarme. Quizá necesitaban la cama o no era la primera persona que se recuperaba tan rápido porque enseguida me permitieron dejar el lugar. Me parece más viable lo primero.
Sofía y Alejandra me llevaron a casa, mi celular tenía dos llamadas pérdidas de Adrith pero estaba un poco harto así que decidí ir a dormir después de comer un par de hamburguesas. Me quedé rendido antes de la medianoche viendo cartoons en la televisión y fue un golpe a la puerta lo que me despertó por sorpresa. Caminé hasta allá para verificar que se trataba de la mía. Por la ventana las sombras evidenciaban a dos personas.
-¿Si? ¿En qué puedo ayudarles? ¿A quién buscan?
-A ti- dijo una voz masculina
-Si no se van voy a llamar a la policía- amenacé.
-Te vimos anoche en el monte
-No sé de qué hablan. Voy a llamar a la policía, no se muevan si quieren que eso pase.
Dije intentando asustarlos pero no se movían. Que fuesen los dos lobos de anoche me parecía aún muy descabellado.
-¿Quién los envió? Es una broma, ¿cierto?
Hubo unos segundos de silencio pero permanecían ahí. Después pasaron un papel bajo la puerta y lo tomé cuando las sombras desaparecieron. Abrí la puerta con cuidado sin quitar el pasador de seguridad y se habían ido. El papel tenía un número de teléfono. Esa noche ya no pude dormir. ¿Era cierto? ¿Encontré otros como yo y con eso respuestas? ¿O caí en la trampa de un cazador?
Adrith marcó mientras me preparaba un emparedado en la madrugada y pudimos tener esa conversación que faltaba. Como si le contara cualquier otra experiencia, le di los detalles de todo lo que se había perdido en estos años. Nunca toqué la noche del hotel, que fue la excusa de partir, mentí un poco diciendo que fue mi miedo por hacer daño lo que me hizo dejarlos, no que hubo una víctima.
Fue él quien me incitó a llamar a esos desconocidos. Planeamos juntos la estrategia para el mejor encuentro y estar atento de una trampa. En algún momento reímos, fue la plática más reconfortante, bizarra, cálida y respetuosa que hemos tenido. Me dijo que el tiempo de silencio ayudó a que procesara toda la información, que estaba planeando sus vacaciones para llegar a México en unos meses y ver en carne viva una transformación. Esa era la peor idea de todas pero no quise abordar eso en aquel momento, estaba por dar otro paso en mi vida, o estaba por terminarla, lo sabría en unas horas.
ESTÁS LEYENDO
Los colmillos de Rishaan (Completa)
HorrorUn hombre lobo se siente atrapado entre la violencia de su maldición y la adrenalina que le inunda cada luna llena, llega a una etapa de su vida en que no sabe si encontrar una cura por más demente que sea, o sacar provecho de lo que sus colmillos s...