Parte 21: Turista

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La negación fue parte de las herramientas para hacer llevadero el cambio, lo cual me provocaba ansiedad porque me quedé a la mitad y necesitaba decirle acerca de la manada. Al menos en ese par de días no hubo comunicación de su parte y eso me seguía dando ventaja. La distraje un poco con la llegada de Adrith y ella aceptó esa distracción y se mostró emocionada por conocerlo por lo que me apoyó. Con parte del dinero de su liquidación compró un auto usado y accedía a cualquier oportunidad para usarlo.

-¿Y cómo es él? ¿Es como tú?

-¿Físicamente o emocionalmente?

-Es hasta cierto punto contraparte en muchos aspectos, tuvo éxito en el amor por ejemplo, se casó hace unos años, tiene dos hijos, tiene su vida arreglada.

-Eso me pone nerviosa, o sea que somos unos perdedores.

Estuvimos desde un par de horas antes en la sala de espera en llegadas internacionales, ella le compró una caja de donas que a los minutos ya solo restaba la mitad. Platicamos trivialidades entre tanto, si bien mi paranoia no decaía, observaba a todos lados pensando que la manada me seguía.

Por un segundo todo se detuvo cuando desde lo lejos lo vi llegar, gracias a las redes sociales fui testigo de sus cambios físicos, su cabello era muy corto, había subido de peso, pero su mirada era la misma, y su sonrisa estaba por quebrarme a metros antes de llegar. Sentía la mirada de Sofía y de reojo creo que vi una sonrisa. Se paró frente a nosotros, dejó caer sus maletas y extendió sus brazos, no pasó ni un segundo cuando le abracé y me aferré como si no lo quisiera dejar ir. Quise aguantar las lágrimas pero no pude, no dejé de abrazarlo hasta que me pude contener un poco más, no recuerdo si pasaron segundos o minutos. Adrith no se molestó en lo absoluto, no me soltó hasta que yo lo hice.

-Ella es Sofía

-¿Ella es la famosa Sofía?, mucho gusto

Sofía estaba un poco sorprendida, Adrith era un poco más alto que nosotros, extendió la mano y lo saludó, él aceptó el gesto y respetó.

-¿A dónde quieres ir a cenar?

-¿A dónde? A tu casa, vas a preparme algo.

-Solo que tenemos que pasar a comprar algunas cosas y no hice limpieza

-No hay problema

-¿Cuánto tiempo estarás aquí?- preguntó ella

-Un par de semanas, tengo boleto abierto y quiero ver todo lo que sea posible antes de que nos vayamos.

-¿Vayamos? – le preguntó

-¿No te dijo? ¿Cometí un error?- me miró

-Hablaremos de eso después.

Eso fue incomodo pero no quería que se prolongara así que rompí de nuevo el hielo cuestionándolo sobre las aventuras en su vida, supe que era suficiente para despejarnos y funcionó. Nos platicó de su esposa, de la vida con sus dos niños, un varón y una niña, las pesadillas de la crianza y las bendiciones. Platicaba mirando al retrovisor buscando mi mirada, yo también lo extrañé y en ese momento parecía como si nos hubiésemos visto todo este tiempo.

Llegamos a mi departamento después de pasar al mercado, Sofía fue al suyo pero prometió regresar a comer. Confié en ella.

-Lo sabe, hace un día vio el video- le confesé

-¿Y cómo lo tomó?

-Mejor que tú, supongo- quise bromear

-Borré todo rastro de ello.

-Gracias. Yo no fui el que mató a toda esa gente.

-Nunca lo pensé

-Pero si maté a alguien- dije sin filtro- fue un accidente, fue la primera vez que me convertí. No he matado humanos, y he logrado tener conciencia como bestia, te puedo platicar sobre ello.

-No es necesario, alguna vez quise saberlo, me moría de ganas porque me contaras que se sentía, ahora ya no. Puedes decirme pero no te lo pido. Solamente no me guardes más secretos, no me subestimes.

-Entonces tengo que decirte que, ¿recuerdas cuando pasaba mucho tiempo con Jaidev?

-Los vi besarse un par de veces, no eran muy discretos. Supuse que también me lo contarías algún día pero tampoco,

-Lo siento, no fue por menospreciarte, es miedo, sé que somos los mejores amigos pero eso no resta el pánico de pensar que algo que yo no puedo controlar fuese la causa de romper nuestra relación.

-Vaya, eso fue cursi.

Me reí y mientras comenzamos a calentar el aceite para freir las papas para preparar una versión de Kashmiri Aloo Dum solté el resto de información.

-¿Recuerdas los dos hombres lobos que conocí? No fue la mejor idea, son parte de una especie de manada que sin adentrarme mucho en ellos, mis instintos me dicen que son una especie de desquiciados fanáticos, una manada.

-Bueno, pero ya nos vamos.

-Sofía no se va, y aunque no han amenazado directamente, siento que puede ser así.

-¿Sigues prediciendo el futuro?

-Nunca he predecido el futuro

-¿Entonces cómo sabes lo que van a hacer?

-¿Qué hago? ¿Los confronto? Tomé tiempo fingiendo que accedí entrar a su grupo y ahora no sé cómo salir.

-¿Qué opina Sofía?

-Aun no le digo todo, el shock del video de la transformación era suficiente, quise darle tiempo.

-Por lo que dices no hay tiempo.

La puerta se abrió y Sofía entró y en medio de la comida Adrith y yo volvimos a hacer equipo y le contamos todo lo que restaba. Con la esperanza de buscar una solución, porque en mi mente sólo había dos opciones, correr o pelear.

Los colmillos de Rishaan (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora