Karen

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NARRA KAREN

Nos tocaba educación física.

Soy floja y me gusta cuidar cómo me veo, y el sudor no es nada sexy.

Suspiré.

Hablar con la Bell era lo único bueno que había, ella me gustaba, mucho, y hoy le diría si quiere o no ser mi novia.

Aunque hay posibilidades de que sí. Pensé frotando mis manos.

Iba caminando a donde estaba ella, oero hubo un pequeño inconveniente, en los camarines:

— Karen Olivares, ¿podemos hablar de algo importante?—se recargó en la pared, impidiendome el apsom

— Claro señorita soy popular, amo el francés y adoro causar problemas—repliqué con sorna.

— Dime lo que quieras, pero ven ha hablar allá—señaló el otro camarín, que no tenía nadie.

— ¿por qué ahí? ese un lugar... ¿no piensas que no va con tu hermosa personalidad?, porque que yo sepa no te gustan los lugares apartados, no hay gente con quien estar o controlar.

— Sole vamos- me agarro del brazo- y apurate... es sobre Bell.

Yo solo me resigné y caminé, era un pasillo largo, me atreveria decir que como una cuadra, bueno, el liseo-internado, igual era grande, si los puros dormitorios de mujeres ocupaban una cuadra y eso que eran de 3 pisos las contrucciones de dormitorios, pero en fin, llegamos a ese lugar.

— Ahora dime, ¿que quieres?.

— Mira....¿que significa esto- me enseño la foto del beso de anoche- ¿Qué significa?

— Significa que ella me gusta—me encojí de hombros.

Sandy era la representante de la clase, por lo que si me planeaba llamar la atención, antes de oir, decidí dejarle en claro que la atención no se la iba a prestar.

— Si tienes algún problema o comentario, guárdatelo, porque me importa muy poco que vayas con el chisme de que soy lesbiana, pero con la Bell no te metas, porque te irá muy mal.

- No es eso-se sonrojó- pero no renunciare a la Belly tan fácilmente.

- Tu tambien... no, es imposible... tu.

- Las apariencias engañan, dulzura.

- No te dejaré… alguien como tu no me la va a arrebatar.

- Veamos quien la tendrá.

- Hecho- estrechamos las manos.

+++*Al volver a clases*+++

— Bell—dije con la voz alsada y saludando, luego, en las últimas letras, me desanime- ¿Bell?-Ella estaba...

¡¿Colgada de cabeza en uno de los fierros del techo?!

Es una real idiota.

¿Y si le pasa algo?

Tsk… esta niña no cambia…

—¡Bell! baja de ahí ahora mismo, eres tonta, eso esta a mas de 15 metros del suelo.

— Tranquila, yo se hacer esto muy bien, nunca me caigo—soltó las manos. Me asusté, pero ella quedó afirmada de los pies.

Todas estaban mirando su agilidad, realmente impresionante, estaba solamente, con las rodillas dobladas en el fierro, con eso se dio una vuelta y se soltó en el aire, se afirmo de otro fierro y miro abajo, luego, se soltó se dio una vuelta en el aire, y cayó en pose de cisne.

— Listo... ¿qué me decías?

— Que eres una tonta- la abracé— Mi tonta…

*Narra Sandy*

Yo al ver la destresa de Bell, quedé completamente sorprendida, ella parecía tan mala en deportes, pero tenia un talento escondido, era realmente imposbible…

¿cómo tanta gracia y belleza en una sola persona? Ella, realmente era perfecta.

Pasamos la clase, mis celos estaban a más no poder. Verlas juntas me mataba, hasta que llegó la hora de regresar a los dormitorios, no la vi por ninguna parte, queria irme con ella.

— Me gustas... quisera... quisiera...-elevó la voz- quisiera que fueras mi novia.

—  Karen... yo...

— Por favor... dame… dame sólo una oportunidad… ¡Sólo una! no te defraudare.

— Bueno...-suspiró- seré tu novia...

Eso me rompió el corazón, y estallé en llanto.

Me fui a la habitación corriendo, tal y como me había idio.

No quería saber de nada ni nadie, me acosté y me tapé con las sábanas hasta la cabeza.

Dormí. Tenía vagos recuerdos de cuando pequeña, jugaba con mis muñecas.

Me desperté, aún podía ir a cenar, pero no quise ir al comedor.

Me senté en la cama seguía llorando.

— Sandy... ¿Qué pasa?-preguntó.

Al menos me alegra que se preocupe por mi.

— Nada, solo... No quiero estar con nadie.

— Bueno, en ese caso me voy.

— Espera- la tome de las muñecas.

"Lo siento. Ya no me puedo contener"

Me puse sobre ella y tomé sus muñecas- Dejate llevar - le susurré- Solo dejame provarte... me provocas mucho... Tus labios... tu pelo…

— Sandy... yo no quiero hacer esto.

— Pero si fuese la Karen si ¿verdad?.

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque se que estas con ella-me puse a llorar- se que la amas a ella, y no a mi, se que se besan, que son mucho mas que amigas, se todo, se que se gustan, y que pasaran muchas cosas, pero yo quiero ser la primera en provar tu sensibilidad.

— Yo...- la amarre de las muñecas con los tirantes de la cama, no se podia mover- suetame- la bese, y empece a bajar por su cuello.-¡Basya!-gritó. dejame.

En eso llega la reina de Roma.

De La Persona Menos Esperada [Yuri] ||EDITANDO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora