VI

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Pasaron los días y aún no se sabía nada del argentino; ésto preocupó a algunos de sus ciudadanos, el amante del fútbol tenía la costumbre de pasear por sus tierras, ya sea para tomar aire, alguna salida con sus amigos o tan solo para saber que tal estaban su gente.

De por sí, ya se sabía que el albiceleste estaba teniendo problemas políticos y económicos, y que eso lo mantenía bastante ocupado, pero de igual forma se tomaba un tiempo para el o para verificar el bienestar de su pueblo. Finalmente, un grupo de personas decidieron quitar del poder a los gobernantes, iniciando una dictadura. La verdad, ésta no era la primera; hace varios años que comenzaron a sufrir de ellas, así que no tomaron demasiado en cuenta esto. Pobre de esa gente... Para su sorpresa, todo fue peor de lo esperado... ¿Y cuándo notaron ésto? Cuando fueron secuestrados, torturados, asesinados...
Ya la desaparición del país y esta situación era demasiado preocupante, pero cono rayo de esperanza, lo volvieron a ver; pero había algo diferente en el, como si no tuviera vida. Lamentablemente tampoco podían hacer mucho, excepto que quisieran que "ellos" vengan...

Cada día todo se ponía peor, comenzaron a desaparecer más y más personas por tan solo decir alguna opinión o hacer algo que solía ser tan cotidiano que no volver hacerlo era muy triste.

...

- ¿Y Argentina?

...

- ¿Dónde está?

...

- Ayudanos, por favor...

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Al día siguiente de la mudanza, Argentina se despertó. Miró a su alrededor sin comprender en donde estaba provocando que comience a asustarse pero a los pocos segundos se calmó al ver a su gato delante suyo mirándolo fijamente.

- Ah, hola, Macri. - Lo acarició y se sentó en la cama. Procesó la información y recordó que estaba sucediendo, suspiró aliviado de que no había sucedido algo "malo"; pues obviamente para el mayor era algo malo por así decirlo estar en casa de su "enemigo", pero todo sea con poder ver a sus preciadas hijas. Bajó a su mascota de arriba suyo, se paró y prosiguió a hacer su rutina habitual; al terminar, salió de su cuarto y se dirigió a a cocina para preparar su desayuno, mate con unos bizcochitos que se había traído, ¿Que clase de persona se olvida de traérselos? Pues Argentina claramente no era ese tipo de persona. Se sentó en una silla de la mesa del comedor y empezó a desayunar como de costumbre. Unos pocos minutos después el inglés ingresó a la habitación, estaba arreglado como siempre e incluso parecía que ya llevaba tiempo despierto.

- Good morning. - Dijo como siempre y se acercó al mayor, tenía una taza de té en sus manos.

- Hola. Fua estás re lúcido, ¿hace cuanto te despertaste? - Dijo mirándolo de pies a cabeza con cierto asombro.

- Hace una hora. - Dió un sorbo con cierta clase y se sentó delante suyo.

- Ah. -

Y nuevamente se quedaron en un silencio algo tenso e incómodo, ninguno sabía del todo que decir para intentar llevar una conversación lo mejor posible a pesar de que podrían hablar de varios temas. Al terminar de tomar su té, el inglés aclaró suavemente su garganta y desvió la mirada por la incomodidad.

- Bien, iré a hacerle el desayuno a las niñas, ya deberían de despertarse.

- Si si. -

El de monóculo se dió vuelta y se dirigió a la cocina. Argentina mordió sutilmente la bombilla, ¿De en serio pasaría el resto de sus días en un ambiente incómodo y/o tenso? Esperaba que no, no le gustaba para nada la idea. Por ésta razón alejó su bebida y se levantó de golpe.

Getting to know you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora