XI

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Luego de comer las galletas que las menores habían dejado sobre la mesa y algo de té y mate, pues sí, le habían dejado algo de agua caliente dentro de una gran botella, ambos países se quedaron en un silencio algo incómodo; al fin comenzaban a notar el por qué sus hijas se molestaron e hicieron eso, tenían razón, su comportamiento con el contrario era incómodo y de no ser por ellas, lo podría haber sido más. Esta vez a diferencia de la mayoría de las conversaciones, el argentino llamó la atencaión del inglés aclarándose la garganta.

- ¿Y al final que pasó con tu sueño? ¿Volviste a tenerlo?

- Huh... Por suerte no, Soñé algo mejor. Y... Acerca a eso... Vuelvo a reiterar que lo siento, no fue intencional el sueño ni tampoco que se comprenda que te estaba llamando monstruo.

- Da igual, no pasa nada. Yo debería ser quien se disculpe, fui un desubicado al preguntarte si me odiabas, además de menospreciar la ayuda que me diste por la noche. No era la intención, obvio, pero así sonó. - Rascó su cabeza algo incómodo, pues su orgullo no le facilitaba el acto de pedir disculpas. Y menos porque eran hacia el amante del té.

- No te preocupes, comprendo que el hecho de que te hayas puesto a la defensiva.

- Piola. Y... ¿Algo que contar? - Jugó con la tapa de la botella que había en la mesa, el contrario pensó por un rato.

- Mmh... Pues, creo que mínimo nos hubieran dejado ropa normal.

- Yo estoy bien, total no hace tanto frío. - Analizó de arriba a abajo al europeo. - Che te falta el parche y sombrero pirata; te ves re raro sin ellos ahora que lo pienso, ¿Cada cuánto te los sacás y por qué? No te queda mal el look sin ellos.

- ¿My... hat? (¿Mi... Sombrero?) - Llevó la mano hasta su cabeza y rostro, notando que, efectivamente, no llevaba sus complementos, se había olvidado de colocárselos antes de salir, o mejor dicho siquiera pensó en ponérselos ya que planeaba seguir durmiendo en su cómoda cama. - Damn... (Maldición/Demonios...)

- ¿Qué? ¿No te diste cuenta que no los tenías?

- No... Creo que estaba lo suficientemente dormido como para notar la ausencia de mi sombrero y monóculo... - Rascó su cabeza con su mano libre y volvió a dar un sorbo a su té, el cual de milagro aún seguía caliente.

- ¿Y para qué los usas? Te hace parecer viejo.

- Oh, look who's talking. (Mira quién habla.)

- ¡HEY! ¡Cerrá el orto, pirata!

- ¿Qué? No dije ninguna mentira, tienes más de un siglo si es que no recuerdo mal.

- Vos también.

- Tal vez, pero tú mismo sabes que no me consideran como un "país" como tu hasta hace unos pocos años. A pesar de estar tanto tiempo en espera, but well, me sirvieron esos años.

- Ah mal. Igualmente sos alto viejo, o así lo recuerdo. - Señaló su cabeza e hizo una corona con sus manos.

- ¿Te refieres al Imperio?

- Sí. No me acuerdo mucho de el, o sea, pasaron como doscientos años desde que nos vimos, además de que era solo un pibito, pero bueno, al menos no me trató demasiado mal. - Alzó los hombros y también dió un sorbo a su infusión.

- No es como si hubiera tenido mucho tiempo para hacerte algo, lo sacaste volando de ahí. Virreinato del Río de la Plata.

- Que asco de nombre, no por nada lo cambié a como está ahora, Argentina el más capito. - Hizo un gesto con su mano, el contrario lo observó con una expresión de "¿Es en serio?". Negó con la cabeza y volvió a darle u sorbo a su preciado té. - ¿Qué? Ya sé que es hermoso pero tampoco te pongas así. 

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