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Esos sonidos eran... ¿Sollozos? Si, sonaban como sollozos y balbuceos, los cuales apenas eran comprensibles. Definitivamente era el argentino llorando desde el otro lado de la habitación. ¿Tal vez debería entrar? Quizás el mayor se molestaría con él por "invadir su privacidad", pero tampoco deseaba escucharlo así; mejor esperaría unos segundos más, si no cesaba su llanto entraría, de lo contrario se iría a dormir.

Uno, casi dos minutos... Ya era algo preocupante, esto no estaba bien. Posiblemente era su instinto paternal el que lo alentaba a ingresar al cuarto, o tal vez no, pero no dudó más y abrió la puerta lentamente viendo al amante del fútbol cubierto de pies a cabeza con las mantas suaves como algodón que habían preparado sus amadas hijas para su padre.

- ¿Argentina...? - Caminó hasta el contrario y dejó una mano en las mantas ajenas, pero sentía que algo andaba mal; se alejó y lo miró confundido. Aquello que supuestamente era el argentino comenzó a reír repentinamente para luego moverse y de la nada saltar hasta el rostro del inglés, pero no era normal, al contrario, parecía un monstruo; de esos que podrías decir que provienen de un juego pero bastante aterrador provocando obviamente una reacción de miedo en el de galera.
De la nada, el inglés se despertó dando el mismo saltito que en su pesadilla. Menos mal que todo había sido un mal sueño; pero, también escuchó un ruido fuera de las habitaciones. No quería tener ese mismo sueño, o incluso estar en el y que pase lo mismo así que ésta vez volvió a salir de su oficina pero a paso rápido y al instante abrió la puerta del latinoamericano, para su suerte, hasta cierto punto, sí era el americano pero sentado en la orilla de la cama, parecía querer ocultar las lágrimas que dejaba caer de sus ojos en silencio. Esta vez volvió acercarse pero para sentarse a su costado mientras lo miraba fijamente, el mayor alzó la cabeza y lo observó algo confundido.

- ¿Que hacés acá? Deberías estar durmiendo, no en mi pieza. - Se levantó y entró en el baño pero solo para limpiarse el rostro.

- Tú también deberías estar durmiendo y sin embargo escuché un ruido y te encuentro en la orilla de la cama llorando.

- Solo fue una pesadilla. - Regresó a la cama y se sentó en ella nuevamente.

- ¿Really? Yo también tuve una. Y respondiste que tu mascota te lastimó. - Dijo observando los brazos contrarios, los cuales no tenían las vendas permitiendo ver qué se estaba agrietando.

- ... - Lo miró con una expresión de "¿Es en serio?".

- ¿What?

- ¿O sea que soñaste conmigo pero siendo un monstruo horrible? ¿Me estás llamando monstruo muy sutilmente?

- ...

- ...

-Dios por favor imaginen ese silencio tenso de cuando dijiste algo "mal" y ríanse como lo estoy haciendo yo-

- ¿Y?

- Lo siento, no fue mi intención; y no, no te veo como un monstruo. Creo. Nunca lo pensé realmente. - Alzó sus brazos. - ¿Y tú qué soñaste, Argentina?

- Nada importante, solo que... Bueno, mis seres queridos morían y esas cosas. - Movió las sábanas y se recostó dándole la espalda al contrario.

- ¿Por eso estabas llorando? - El mayor se quedó en silencio por algunos minutos hasta que suspiró.

- Si...

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