El rostro de Seokjin, que estaba a pocos centímetros del mío, parecía el de una estatua. Silencioso, frío y carente de sentimientos. La puerta de mi habitación estaba entreabierta y ni siquiera el tenue reflejo de una lámpara que había encendida le daba a sus ojos calidez alguna.
—Seokjin, ¿qué ocurre?
Sin previo aviso, me soltó. Demasiado tarde, me di cuenta de que me había tenido suspendido sobre el suelo. Aterricé a sus pies.
Sin decir nada más, salió de mi habitación. Yo me puse de pie y conseguí detenerlo en el salón. Estaba delante de su escritorio.
—Si esto es por los libros... —dije, suponiendo que podría estar enfadado por haber tomado prestados sus manuales.
—¿Libros?, ¿Crees que esto tiene que ver con libros? —replicó, lleno de asombro—. Fui un necio. Todo este tiempo he admirado tu instinto de supervivencia y tu inteligencia, pero ahora... Oí que unos empleados hablaban sobre el hecho de que tú vas a ser el fugitivo. Estaban haciendo apuestas. ¿Cómo pudiste ser tan estúpido, tan indiscreto? Te advierto que consideré matarte ahora para ahorrarme las molestias de tener que buscar tu cadáver más tarde.
—Yo no se lo dije a nadie —afirmé—. ¿Cómo puedes creer que pondría en peligro mi vida?
—¿Y por qué iba yo a creerte? La otra persona que lo sabía era el Comandante, nadie más.
—Bueno, Jin, tú eres el maestro de espías. ¿No te parece que alguien podría haber escuchado la conversación? ¿Quién más tiene acceso a esta habitación? Tenías las notas a la vista de todos sobre el escritorio. Incluso yo las vi sólo con echar un vistazo —añadí, antes de que él pudiera replicar—, te aseguro que suplicaban que cualquiera que estuviera buscando información las inspeccionara.
—¿Qué es lo que estás sugiriendo? ¿A quién acusas?
Jin frunció el ceño. La alarma se le dibujó en el rostro antes de verse reemplazada por su habitual gesto pétreo. Aquella expresión me reveló muchas cosas. O Seokjin había estado tan convencido de que yo había estado chismorreando con los demás empleados que no había considerado otras opciones, o no podía aceptar la posibilidad de que alguien hubiera violado su seguridad.
Por una única vez, yo lo había desequilibrado, aunque sólo hubiera sido por un segundo. Algún día me encantaría verlo a mis pies, tal y como yo había estado ante él.
—Tengo mis sospechas —respondí—, pero no voy a acusar a nadie sin pruebas. Es injusto. Además, ¿quién podría creerme?
—Nadie.
Seokjin agarró una piedra gris de su escritorio y me la lanzó.
Atónito, me quedé completamente inmóvil cuando la piedra pasó junto a mí y se estrelló contra el suelo. Los pedazos en los que se convirtió me salpicaron y cayeron sobre el suelo.
—Excepto yo —añadió, sentándose en su silla—. Creo que tus palabras están empezando a tener sentido y tenemos un espía. Sea quien sea, tenemos que encontrarla.
—O encontrarlo.
Seokjin frunció el ceño.
—¿Optamos por lo seguro y buscamos otro fugitivo? Tal vez deberíamos cancelar el ejercicio. O seguir con todo tal y como estaba planeado. Así, podríamos animar a nuestro espía a que se manifestara. Sea hombre o mujer.
—¿No crees que Son vendría por mí?
—No. Es demasiado pronto. No creo que Son intente matarte antes de que haya terminado de construir su fábrica y ésta esté funcionando. Cuando consiga lo que quiere, las cosas volverán a ponerse interesantes.
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Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]
Fanfic"Cuando estaban a punto de ejecutarlo por asesinato, Taehyung recibió una oferta extraordinaria. Comería los manjares más deliciosos, viviría en un palacio... y se arriesgaría a morir asesinado por cualquiera que intentara matar al Comandante de Ath...