☣ Cαρίтυlσ 12 ☣

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Al escuchar la pregunta de Namjoon, me puse a temblar. ¿Estaba preguntándome simplemente o acaso me estaba intentando pagar para obtener información? Me imaginé la reacción de Seokjin si descubría que yo había aceptado un soborno. No tener dinero era mejor que enfrentarme a su ira.

—No, no lo haría —respondí. 

Namjoon lanzó un gruñido. Caminamos sumidos en un incómodo silencio durante un rato. Me pregunté si Seunghyuk, el anterior catador del Comandante, había aceptado dinero a cambio de información. Eso explicaría por qué Jin no había sentido simpatía alguna por él y por qué Namjoon sospechaba que Jin había asesinado a Seunghyuk.

—Si quieres, yo te pagaré la inscripción. Tu ayuda ha sido muy valiosa para mí y ciertamente he ganado mucho dinero gracias a ti —comentó Namjoon.

—Gracias, pero no estoy preparado. Sería una pérdida de dinero.

Además, estaba decidido a disfrutar del festival sin dinero, sólo para demostrarle a Seokjin que se podía hacer.

A pesar de haberme prometido a mí mismo que no lo haría, miré por encima del hombro. Nada. Traté de convencerme de que no ver a Jin sólo podía significar algo bueno. Si yo podía verlo, lo vería cualquiera. Sin embargo, no podía olvidar la extraña sensación de que, tal vez, había decidido dejarme a mi suerte.

Me sentía como si estuviera haciendo equilibrios sobre un cable, intentando no caerme. ¿No podía protegerme y divertirme al mismo tiempo? No lo sabía, pero estaba decidido a intentarlo.

—¿En qué concurso habrías participado? —quiso saber Namjoon. Antes de que yo pudiera contestar, agitó las manos delante de mí—. ¡No! ¡No me lo digas! Quiero adivinarlo.

—Adelante —comenté con una sonrisa.

—Veamos. Eres menudo, delgado y elegante. ¿Bailarín?

—Vuelve a intentarlo.

—Muy bien. Me recuerdas a un pajarito, que desea sentarse en un alféizar mientras nadie se acerque demasiado. Un pajarito que canta. ¿Eres cantante?

—Evidentemente, jamás me has escuchado cantar. ¿Acaso vas a analizar mi personalidad cada vez que digas algo?

—No. Cállate. Estoy tratando de pensar. Bueno, tienes unos dedos largos y finos. Tal vez se te da bien hilar, como a Hoseok.

—Te equivocas.

—¿Jinete?

—¿De verdad crees que yo me podría permitir un caballo? —pregunté, sorprendido. Sólo los ciudadanos muy ricos tenían caballos para hacer deporte. En el ejército, sólo los oficiales de más alta graduación utilizaban caballos. También los consejeros. Todos los demás iban caminando.

—La gente que posee caballos de carreras normalmente no los monta. Contratan jinetes. Tu tamaño es perfecto, así que deja de mirarme como si fuera un imbécil.

Cuando llegamos a la primera de las enormes tiendas multicolores, nuestra conversación cesó. Nos vimos envueltos en la frenética actividad que nos asaltó al entrar. Cuando yo era más joven, solía disfrutar en medio de aquel caos. Siempre pensé que el nombre del festival era perfecto, no sólo porque se celebrara en la estación más cálida, sino porque los sonidos y los aromas vibraban como si fueran oleadas de calor, que provocaban que la sangre me hirviera. Sin embargo, después de pasar un año en un calabozo, sentí que su fuerza me golpeaba como si se tratara de una pared de ladrillos. Una pared cuyo mortero amenazaba con desmoronarse por el cúmulo de sensaciones.

Las antorchas y las fogatas ardían por todas partes. Era como si, de repente, se hubiera hecho de día. Las tiendas de actuaciones y de competición estaban esparcidas por todas partes, con pequeños puestos que se aferraban a ellas como niños a las faldas de sus madres. Había cualquier cosa, desde gemas exóticas a raquetas matamoscas. El aroma de la comida provocaba que el estómago me protestara al pasar por delante de las parrillas. Lamenté no haber cenado por las prisas de llegar al festival.

Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora