A la mañana siguiente, me dirigí a la puerta del sur justo cuando el sol coronaba las montañas del Alma. Muy pronto, los gloriosos rayos del sol se extendieron por el valle, indicando así el inicio del ejercicio del Comandante. El corazón me latía alocadamente de excitación y temor. Era una extraña combinación de sentimientos, pero los dos acicateaban mis pasos. Casi no sentía el peso de mi mochila.
Me había preocupado que los artículos que llevaba en la mochila pudieran considerarse como una trampa. Después de pensarlo mucho, decidí que un prisionero que tiene la intención de escapar se guardaría algunas raciones de pan y robaría un arma y otros objetos. Además, nadie me había dicho que debía huir sin nada.
Mi decisión por escapar se había incrementado desde que me propusieron la idea por primera vez. En aquel momento, el dinero era simplemente un aliciente. Quería demostrale al Comandante que se equivocaba. Al Comandante, que creía que yo no llegaría muy lejos. Al Comandante, al que le preocupaba que mi muerte pusiera en peligro el ejercicio.
Antes de abandonar el castillo, me detuve un instante para verlo a la luz del día. Mi primera impresión fue que parecía haber sido construido por un niño. La base era rectangular y sostenía una serie de niveles superiores de cuadrados, triángulos y cilindros, construidos uno encima del otro sin ton ni son. El único intento por conseguir simetría eran las magníficas torres que había en cada esquina del castillo. Estaban cubiertas de bellísimas vidrieras y parecían extenderse hasta el cielo.
El diseño tan poco usual del castillo me intrigó. Me habría gustado observarlo desde otro ángulo, pero Jin me había dado instrucciones de que saliera del complejo al alba, dado que sólo tenía una hora de adelanto sobre los demás. Jin me había pedido una de mis camisas para poder dársela a los perros para que la olfatearan. Cuando yo le pregunté quién probaría la comida del Comandante mientras yo estuviera ausente, él me dio una vaga respuesta. Me dijo que tenía a otros preparados en el arte del veneno que eran demasiado valiosos como para utilizarse regularmente.
Al contrario que yo.
La elección de la ruta hacia el sur era una elección evidente, pero no la mantendría mucho tiempo. Esperaba que los soldados dieran por sentado que me dirigía directamente a la frontera. El complejo del castillo estaba en el DM-6, bastante cerca de las tierras del sur, con el DM-7 al oeste y el DM-5 al este. El antiguo Rey, que había construido aquel complejo, prefería el buen tiempo.
Como iba alternando entre andar y correr, muy pronto llegué al bosque de las Serpientes. La noche anterior, mientras estudiaba algunos de los mapas de Seokjin, me di cuenta de que había un bosque que rodeaba Divitae por tres lados.
Atravesé corriendo el bosque, dejando un rastro muy evidente. Rompí ramas y pisé con fuerza la tierra. Seguí hacia el sur hasta que alcancé un pequeño arroyo. La hora que tenía de ventaja estaba a punto de terminarse. Me arrodillé en el agua y saqué un puñado de barro, dejando que el agua se me escurriera entre los dedos. Me unté el sedimento sobre la cara y el cuello. Como me había recogido el cabello, pude frotarme el barro por la nuca y las orejas sin problemas. Esperaba que los hombres pensaran que me había arrodillado allí para beber. Después de dejar bastantes huellas en la orilla del río para que mis perseguidores pensaran que había entrado en el agua, volví sobre mis pasos hasta que encontré un árbol. Con mucho cuidado para no dejar rastros, me quité la mochila de la espalda y dejé uno delos objetos que había tomado prestados de los herreros. Era un pequeño gancho de metal. Lo até a una larga y delgada cuerda que tenía dentro de la mochila.
Con rapidez, traté de engancharlo de una rama, pero fallé. Frenético, volví a intentarlo. Una vez más, no lo conseguí. Me centré en mi tarea y volví a probar suerte. Lo conseguí. Tras asegurarme de que el gancho estaba bien asegurado, me até el otro lado del cabo a la cintura y me coloqué la mochila. Entonces, tiré de la cuerda con ambas manos y levanté mi peso del suelo para engancharme inmediatamente a la cuerda.
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Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]
Fanfic"Cuando estaban a punto de ejecutarlo por asesinato, Taehyung recibió una oferta extraordinaria. Comería los manjares más deliciosos, viviría en un palacio... y se arriesgaría a morir asesinado por cualquiera que intentara matar al Comandante de Ath...