☣ Final ☣

572 97 47
                                    

De repente, recordé de nuevo a Jimin. Agarré a Jin por el brazo y tiré de él, explicándole lo que pasaba mientras los dos corríamos. 

Fuimos a buscar al médico y, con la persuasión de un cuchillo, Jin consiguió que nos acompañara. Cuando entramos en el ala de Yunjong, sentí náuseas. Había trozo de brazos y piernas por todas partes, como si alguien hubiera ido amputándolos sobre la marcha. Las paredes estaban cubiertas de sangre, al igual que el suelo.

El médico quería detenerse con el primer hombre, pero Jin lo puso de pie y seguimos avanzando hasta que vimos a Jimin. Estaba en el suelo de costado, con la cabeza en el regazo de Jungkook. Estaba inconsciente, afortunadamente, una espada le había atravesado el vientre. La punta le salía por la espalda. 

El rostro empapado de sangre de Kook tenía una expresión sombría. A su lado, yacía un hacha, responsable de aquella carnicería. Sihwha estaba sentada en el centro del círculo de los prisioneros. Tenía la frente cubierta de sudor y una expresión distante en el rostro. Los hombres y mujeres encadenados contemplaban la escena con ojos impasibles.

El viaje a la enfermería fue como una pesadilla. Todo pasó como envuelto en un remolino hasta que me vi recostado junto a Jimin, sujetándole la mano. El médico hizo todo lo posible, pero si la espada le había atravesado algún órgano vital, no sobreviviría.

Me habían curado mi herida y casi no notaba dolor alguno. Toda mi energía y fuerza iban dirigidas a Jimin. Más tarde de aquel mismo día, me desperté tras un ligero sueño.

—¿Durmiendo en tu puesto de trabajo? —me susurro Jimin con una débil sonrisa en su pálido rostro.

Respiré aliviado. Si tenía fuerzas suficientes para insultarme, seguramente sobreviviría. Desgraciadamente, Sihwha no nos pudo decir lo mismo sobre el Comandante.

Cuatro días después de la muerte de Kyunshin, aún no había recuperado su espíritu. Sus consejeros sí se habían recuperado y se habían hecho cargo del control militar del DM-5 y enviaron mensajeros al general Lee, del DM-4 y al general Shin, del 6, requiriendo su presencia inmediatamente. Los generales tendrían la potestad de decidir qué se haría a continuación si el Comandante no lograba sobrevivir. 

Igual de desconcertante fue que ninguna de las víctimas de Son, Yunjong y Kyunshin despertó de su letargo. Sihwha nos dijo que sus mentes eran como casas abandonadas... Sihwha y yo nos resignamos a pensar que vivirían el resto de sus días sumidos en aquel letargo. 

Sufrí en especial la pérdida de Yunsoo, aunque descubrí que Kyungji seguía vivo y bien, entre el resto de los huérfanos. Yo decidí ir a visitarlo en cuanto Jimin recuperara las fuerzas.

—Resulta evidente que los niños del orfanato de Son procedían de Líbarus —explicó Sihwha, que había venido a visitarme a la enfermería—. Kyunshin espació suficientemente los secuestros para no despertar sospechas. La magia suele ser más fuerte en las mujeres, lo que explica que haya más chicas. Aunque algunas veces existen hombres que son sumamente poderosos. Seguramente, Kyunshin y Son estuvieron mucho tiempo planeando esto. No creo que resulte difícil encontrar a tu familia, Taehyung.

—No sé... Antes de morir, Kyunshin mencionó algo sobre el linaje de los Kim—respondí.

—¡Kim! —exclamó Sihwha entre risas—. Ahora que recuerdo, sí que perdieron un hijo. Dios mío. Si formas parte del clan de los Kin, te espera una buena sorpresa. Eso explicaría por qué tú fuiste el único que no se plegó a los deseos de Kyunshin.

Miles de preguntas se me agolpaban en la garganta. Quería saber más sobre aquella familia, pero no deseaba hacerme esperanzas. Tal vez yo no era un Kim. Supuse que lo averiguaría cuando llegáramos a Líbarus. Sihwha quería empezar mi adiestramiento inmediatamente. No obstante, sentía cierta intranquilidad por tener que abandonar Athalom. Cambié de tema.

Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora