☣ Cαρίтυlσ 20 ☣

450 94 29
                                    

¡Maldito sea Seokjin! ¡Maldito sea! Llevaba cuatro días tratándome con indiferencia y, de repente, esperaba que yo confiara en él. Que admitiera un asesinato. Habían arrestado a la persona adecuada. Eso era lo único que le importaba.

Bajé las escaleras y me dirigí a mi habitación. «Tengo que salir de este lugar», pensé de repente, con repentina intensidad. Sentía un profundo deseo de marcharme y de mandar a paseo al antídoto. Huir, huir, huir. Un tono familiar. Ya lo había escuchado antes cuando estaba con Yunjong. Recuerdos que había guardado bajo siete llaves amenazaban con volver a emerger. ¡Maldito Jin! Era culpa suya que ya no pudiera contener los recuerdos.

Cerré la puerta de mi habitación con llave. Cuando me di la vuelta, vi el fantasma de Yunjong tumbado en mi cama. Tenía la herida del cuello abierta y el camisón manchado de sangre. Por el contrario, su castaño cabello estaba bien peinado, el bigote bien arreglado y los ojos muy brillantes.

—Fuera —le ordené, sin miedo alguno.

—¿Qué clase de saludo es ése para un viejo amigo? —preguntó él. Tomó un libro de venenos que tenía sobre mi mesilla de noche y comenzó a hojearlo.

—Estás muerto —le dije —. ¿No se supone que deberías estar ardiendo en el fuego eterno?

—Eres muy aplicado —dijo, mostrándome el libro—. Si te hubieras esforzado tanto para mí, todo habría sido muy diferente.

—A mí me gusta cómo resultó todo.

—Envenenado, perseguido y viviendo con un psicópata. A mí no me parece que eso sea una buena vida. La muerte tiene sus ventajas. Así puedo contemplar tu miserable existencia. Deberías haber elegido la soga, Taehyung. Te habría ahorrado tiempo.

—Fuera —repetí, tratando de ignorar el tono de histeria que tenía en la voz y el sudor que me corría por la espalda.

—¿Sabes que jamás llegarás con vida a Líbarus? Eres un fracasado. Siempre lo has sido y siempre lo serás. Acéptalo. Fracasaste en todos los esfuerzos que nosotros hicimos por moldearte. ¿Recuerdas? ¿Recuerdas cuando por fin mi padre te dejó por imposible? ¿Cuando dejó que yo me quedara contigo?

Lo recordaba perfectamente. Había sido la semana del festival de fuego. Yunjong se había mostrado tan preocupado por la visita del general Lee, y en especial de su hija, que no se había preocupado de mí. Dado que yo obedecía en todo lo que me decía, comenzó a creer que había logrado someterme. Sin embargo, el festival me tentó una vez más a desobedecer. Las palizas y las humillaciones del año anterior eran insuficientes para desanimarme aquel año. Mi orgullo me impedía verme intimidado por él. El festival de fuego era parte de mí. El único momento en el que podía saborear la libertad. Aunque fuera durante unos pocos instantes, merecía la pena enfrentarse a las consecuencias.

Mi desafío me dio una cierta osadía a la hora de realizar mis acrobacias. Llegué hasta la ronda final de la competición, que estaba programada para el último día del festival. Conseguí preparar el traje que iba a llevar mientras Yunjong se llevaba a Geumsun, la hija de Lee, y a unos amigos, a una partida de caza en el campo.

Cuando la competición empezó, la tienda se llenó de gente. Aquella noche, volé. Mis pies parecían no tocar el suelo. Me sentía como un pájaro, realizando piruetas por puro placer. Cuando terminé mi ejercicio, los aplausos de todos los presentes me resonaron con fuerza en el pecho. La alegría se apoderó de mí y sonreí por primera vez en dos años. Permanecí en el escenario para que el maestro de ceremonias me diera mi premio. Cuando me prendió una medalla en el pecho, que llevaba grabada la competición en la que se había ganado y el año, sentí que era el momento más importante de mi vida... seguido por el peor. Vi que Yunjong y Geumsun me estaban observando entre el público. Ella sonreía, pero la expresión de Yunjong era dura. Trataba de reprimir la ira que se le escapaba a través de los labios.

Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora