☣ Cαρίтυlσ 22 ☣

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Reconocí rápidamente aquella manera de andar. El corazón se me encogió al ver cómo Namjoon se acercaba cojeando a la casa de Mihee. Igual que Dongbae, llamó dos veces.

La mujer lo dejó entrar sin dudarlo ni un momento. El ruido sordo que se oyó cuando se cerraba la puerta se hizo eco en mi pecho.

—¿Otra prueba? —le pregunté a Jin, con una desesperada urgencia—. ¿Está él trabajando también para ti?

Sin embargo, sabía la respuesta a aquella pregunta mucho antes de que Seokjin lo negara con la cabeza. Me sentía vacío, como si me hubieran arrebatado todos mis sentimientos de un golpe. Era demasiado. Después del fantasma de Yunjong, el ataque de Kang y las pruebas de Jin, ya no me encontraba en disposición de superar otra prueba. Me limité a mirar a Jin sin poder pensar, sentir o desear nada.

Seokjin me hizo un gesto para que lo siguiera. Yo obedecí. Dimos un rodeo para llegar a la parte trasera de la casa de Mihee. Entonces, entramos en la casa que había a su izquierda y subimos tres pisos. El interior estaba muy oscuro y vacío a excepción de la planta superior. Uno de los hombres de Jin estaba sentado sobre el suelo, con la espalda contra la pared. Deduje que al otro lado de la misma se encontraba el estudio de Mihee. Escribía algo en un libro, utilizando sólo una vela como iluminación.

La voz de Namjoon se escuchaba claramente. Con señales manuales, Jin se comunicó con el hombre. Él le dio el cuaderno a Jin y desapareció escaleras abajo. Jin se sentó en el mismo lugar en el que había estado el hombre y yo hice lo mismo a su lado.

No me apetecía nada escuchar lo que Namjoon tuviera que decir, pero no tenía la fuerza de voluntad para negarme. Jin señaló los pequeños agujeros que había en la pared. Yo me asomé. Lo único que pude ver fue la parte trasera de un mueble. Supuse entonces que los agujeros sólo servían para escuchar. Apoyé la frente contra la pared y cerré los ojos para escuchar lo que Namjoon tuviera que decir.

—Los generales van a venir esta semana. No hay nada nuevo aparte del hecho de que el Comandante pidió un festín para agasajarlos, lo que indica que ocurre algo. Algo importante. Sin embargo, aún no he conseguido averiguar de qué se trata.

—Dímelo en cuanto puedas —replicó Mihee—. Tal vez Taehyung sepa lo que está pasando.

El corazón se me encogió al oír mi nombre. Quería escapar, pero lo único que pude hacer fue apretar más la frente contra la pared.

—Lo dudo. Él se sorprendió mucho cuando yo le mencioné el festín, por lo que no le pregunté nada. Tal vez sepa algo más a finales de semana. Volveré a intentarlo.

—No te molestes. Se lo preguntaré yo misma.

—¿A Taehyung? —replicó Namjoon, atónito—. ¿Acaso trabaja para ti? Imposible. No es su estilo.

—¿Acaso me estás sugiriendo que trabaja para Seokjin? —preguntó la mujer, alarmada.

Muy angustiado, miré a Jin. Él negó con la cabeza y me indicó con un gesto que no me preocupara.

—No. Por supuesto que no —dijo Namjoon—. Simplemente me sorprende, aunque no debería ser así. El dinero le viene muy bien. Además, ¿quién soy yo para pensar mal de él porque lo haya hecho?

—Bueno, no deberías estar pensando en él en absoluto. Tal y como yo lo veo, esa hombre es algo desechable. La única preocupación que tendré cuando muera es quién va a reemplazarlo y si podré sobornarlo antes que a él.

—Mihee, una vez más, me has demostrado del modo más repugnante que, cuanto antes pague la deuda que tengo contigo, mejor. ¿Cuánto crédito me vas a dar por la información de esta noche?

Polvo de Mariposa [☣JinTae☣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora