LUJURIA-CASTIDAD I

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Triste oscuro traslucen
los atardeceres de la gloria.
De sus manzanas chamuscadas
trasluce la lujuria
a entrañas de misericordia.
Mientras los chuzos de punta
penetran en resquicio a la ligadura.

Los labios férreos de cupido
se besan a luchas de primavera.
Y con dulzura, tan paciente
y a susurros de fantasmas
a hurtadillas se esconde
el carmín del ojo llorón.

Pisan los jazmines,
y los cuchillos se afilan
con el canto de los demonios.
Asmodeo susurra al viento
el desdén de la pasión,
que arranca de cuajo
la compasión del amor.
Y el hielo aúlla su evaporación
con los cantos de los demonios
gritando "Cupido no es de Dios".

A galope con sus riendas,
mientras los relatos
se vuelven mitos,
a soplidos finos de guerras carnales,
los cuchillos penetran pieles
amadoras de esfinges
y reptiles de corazones grises.

Y cantan los demonios,
agarrándose los cuernos,
con la sonrisa áspeante
de abejas y miel.

Mientras, a lengua de matador,
los jazmines suspiran dolor
y las lágrimas de cocodrilo
subyacen en la piel del predicador
del amor y del perdón.
Y las eternidades,
devoran los anillos
de lunas blancas azucenas.
Y se atragantan los hijos
de la lujuria con amores
oscuros por bandera.
Mientras la boca
les ladra, con coronas
calcinadas, el silencio
de las almas en penitencia.

La virgen llora lagrimas
rosas con los ojos
de cristales blindados.
Y a sopla espuma con la Luna,
vienen las quimeras a clavarle
sus puñales, mientras Asmodeo
susurra con el tintineo en la voz
"Cupido ha muerto y el amor
es nuestro".

LOS SIETE PECADOS CAPITALES. ©Elena Díaz G. (poesía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora