Y el pueblo dividido
de estrellas sabor
jazmín, con su falda
blanda de lunares
de perdiz y con el destello
del freno acusando al vil
rastrero de la casa
de los yelmos,
la presa que lame
los euros recobra
el valor que su compañero
le robó.
Y con la absoluta firmeza
de soberbia, la romántica
se deshace de su bohemia
antiburguesa.Y con los hilos,
la potestad de los ricos
inunda la pobreza de los vivos.Y cantan los ángeles
a la voz de la Tierra rota:
"Me miras pero no me ves.
Te equivocas, te equivocas,
pero Dios todo lo ve".Y con soberbia. Con soberbia
y grandeza revientan
los cigarrillos en la marea.
Y con humildad. Con humildad
se deshacen los fénix mientras
el espacio-tiempo se dilata
aullando a la redención.Más los angelitos,
heredados niños,
a iguales los nacidos
sobreviven los coartados
a ser fieramente testigos
de la infinitud del olvido.Y con gran pureza
la excálibur se derrite
en las manos de la prepotencia.
Y con un suspiro a la marea,
el cauce vuelve a su tierra.Más el atisbo de soberbia,
recurre a las entrañas
de las bestias durmientes,
así la avaricia suscita deseo.
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES. ©Elena Díaz G. (poesía)
PoetryCuidado, cuidado, Dios lo ve. Cave, cave, Dominus vídet. Y en la batalla del infierno con la muerte de pretexto, silba el juicio de lo eterno. Infierno o gloria, esa es la cuestión. Y de los reinos de los cielos, haciéndoles frente a los príncipes d...