Y en un claro bosque,
con la ultranza de la avaricia,
suscita la cabeza de un jabalí
con los ojos abiertos.
Mientras, sus entrañas
resbalan clavadas
en una pica de hierro.Belcebú, se proclama
uno de los príncipes
del infierno, coronado
con la cinta de fuego.
Más su rostro hinchado
subyace la potestad
de su mal ante el hombre.Y con espinas en la garganta
del que vive pobre,
se muerden y lamen
las avispas de los soberbios.
Caminan erguidos los destinados
a arrojar sus harapos
sin sentido a la Luna
que chilla hambre para
los vivos.
Más son los pobres,
clamando por la evasión,
los que se atragantan
en la curva de la adición
del veneno que puso
Dios en las flores
de la tierra del fruto prohibido.
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES. ©Elena Díaz G. (poesía)
PoetryCuidado, cuidado, Dios lo ve. Cave, cave, Dominus vídet. Y en la batalla del infierno con la muerte de pretexto, silba el juicio de lo eterno. Infierno o gloria, esa es la cuestión. Y de los reinos de los cielos, haciéndoles frente a los príncipes d...