Más son los culpables
los que trafican
con la aceleración
de la sustancia
que se aleja de Dios.
Y son ellos, los que
haciendo adictos
al juego del dado
hechizado por
las normas del azar,
resquebrajan las encías
de las familias
que le rezan a la pobreza
un atisbo de silencio.Más las moscas
vuelan alrededor
de la cornamenta negra
de Belcebú,
mientras su cabeza
se pudre entre la maleza.
Así, con el destino
de los que hechos esqueletos
de sustancias ferrosas,
se establece el anhelo.
Anhelos a abusar
de la naturaleza de Dios.
Y así, se pudren a lo lejos
los esqueletos, en las lágrimas
de la Virgen, que llora
por su hijo muerto.
Muerto por nada,
muerto por todo.Más se derriten los ángeles,
con el corazón hecho trizas,
mientras se desahogan
gritando "Dios todo lo ve, hermano".Más con las ansias de gula,
ahuyentando a la templanza,
se resquebraja la fina losa
y la lujuria se vuelve ansiosa.
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES. ©Elena Díaz G. (poesía)
PoetryCuidado, cuidado, Dios lo ve. Cave, cave, Dominus vídet. Y en la batalla del infierno con la muerte de pretexto, silba el juicio de lo eterno. Infierno o gloria, esa es la cuestión. Y de los reinos de los cielos, haciéndoles frente a los príncipes d...