Y Leviatán con su boca de cocodrilo,
siendo el demonio del deseo
de lo ajeno, devora
a quien ose arrebatarle
las piedras del océano.Y quién conspira
para robar la libertad
de su amante ,
que cuida de sus trances,
solo quebranta el principio
de amar para ser amado.
Solo quebranta la definición
de ser humano y se deshace
en bestia poseedora de carne
y huesos de sirena.
Más quién es celado,
suscita una pertenencia,
y su ser amado, que le encarcela,
le ayuda a ayunar el amor cuando es pena.
Así, con ligereza, el sueño
de ser pesadilla,
se realiza para ser sin cadenas.Y vocifera Satán con Asmodeo:
"El amor a muerto. Cupido
a muerto. Dios a muerto".
Y retumban los cantares
de los demonios
adormilados en sus cunas:
"La Tierra es el nuevo Infierno".
Pero, suspiro del angelito,
asesino de sirenas
que besan con dientes,
duerme un ratito,
que los niños
siguen siendo niños.Más por pecado de envidia,
se suscita la ira de la bestia
durmiente, que se creía
ángel con su espada
de escamas y astrolabios
rechinando péndulos
del vacío de Dios.
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES. ©Elena Díaz G. (poesía)
PoetryCuidado, cuidado, Dios lo ve. Cave, cave, Dominus vídet. Y en la batalla del infierno con la muerte de pretexto, silba el juicio de lo eterno. Infierno o gloria, esa es la cuestión. Y de los reinos de los cielos, haciéndoles frente a los príncipes d...