Constantine [Keanu Reeves y Tn]

1.

—Maldición—gruñí mientras me acomodaba la ropa del trabajo— James no es gracioso cuando escondes mis cosas—le reproché.

—Te he dicho más de diez veces en los últimos cinco minutos que no he sido yo— me lanzó una mirada asesina y yo se la respondí.

—Ti hi dichi mis di diiz vicis in lis ilitimis cinci minitis qui ni hi sidi yi— le hice burla, él al contrario de enojarse más comenzó a reír, confirmándome que había sido el responsable de que no encontrara el uniforme a tiempo— Esto es serio, si pierdo mi trabajo tú—lo señalé mientras íbamos caminando por un callejón a buscar un taxi— y yo nos vamos a ir al demonio.

—Ahí está Chas— me señaló con el dedo corazón (seguro dándome un mensaje sutil) el auto amarillo estacionado a unos metros de nosotros, en otra situación le hubiera reprochado de que me había ignorado, pero lo deje ser y me colgué la mochila al hombro para correr hasta el taxi. James me metió una zancadilla cuando estaba por llegar por lo que me estrelle en el capó, eso le gustaba, joderme la vida.

—¡Dios! — gritó del susto Chas cerrando el libro de golpe que estaba leyendo y acomodándose la boina— ¡Hey, Tn! Eres tú, me has dado un buen susto—dijo sonriendo y acomodándose, me acerque a su ventanilla y me incline un poco.

—¿Esperas a alguien? — miré a todos lados, no era común que estuviera en un barrio así, debería estar en la calle, donde más personas podían verlo y pedirle que los llevará a cualquier lugar.

—Mmmm no, no, no, no espero a nadie— comentó nervioso, entre cerré los ojos, analizando su comportamiento, estaba sudando y evitaba verme directamente.

—Se trae algo entre manos— me susurró James, como si él pudiera escucharlo.

—¿Qué haces aquí? — le pregunté directamente— Aquí no vas a encontrarte con más que ladrones.

—Mmmm solo estaba descansando un rato— miro por el espejo y luego comenzó a acomodarse como si fuera a arrancar el coche— ¿No empieza tu turno en la cafetería en unos minutos? ¿Necesitas que te lleve?

—Dile que sí, vamos tarde, además de que aquí hay algo que no me gusta— James me abrió la puerta de auto y lo miré mal, pero Chas no lo noto.

—¿De verdad me llevas? — le pregunté ilusionada haciendo mi mejor cara de perrito—No quiero molestarte si esperas a alguien puedo correr.

—Ni hablar preciosa, sube— estaba cada vez más nervioso y pude notarlo, cuando estaba por ingresar al taxi, una mano se posó en mi hombro— Diablos— El ambiente se tornó tenso, sentí que todos mis cabellos se ponían de punta y una sensación bastante extraña comenzó a invadirme, no era una entidad o un alma, era algo más fuerte, que me hacía sentir extraña, tanto que sentía una presión en el pecho, no era grave, pero si era incómoda, incluso sentí mis sentidos alterarse más de lo normal.

—Este es mi taxi niña— una voz ronca detrás de mí me hizo girarme, el tipo era alto, unos diez centímetros más alto que James, iba vestido con una camisa blanca, una corbata negra, como su pantalón y zapatos pulcros, era atractivo, y tenía ese aire de chico malo, con su cabello azabache, ojos marrones y un cigarrillo en los labios.

—Lo siento, pero lo necesito más que tú— le informe, iba a meterme de nuevo, pero él me detuvo.

—Solo hay espacio para uno, y nosotros somos tres— fruncí el ceño, ¿tres?

—Déjalo Tn ____ debe de estar drogado, no nos conviene meternos en problemas—dijo James detrás nuestro, ahora el que frunció el ceño fue él— Este tipo no me agrada, hazme caso que tiene algo raro, nunca me había sentido así con nadie y tú tampoco, vámonos.