Constantine [Keanu Reeves y Tn]

9.

—Tn—me llamo James y sentí que me removió un poco.

—Déjame dormir— le susurré, envolviéndome más en las sábanas, abrí un ojo para ver la hora, eran las 3:33 A.M —Deberías dormir un poco.

—Lo sé— me removí en la cama para darle un espacio en ella, él se recostó, ambos nos mirábamos fijamente. Algo le preocupaba y estaba un poco alterado, podía sentirlo, cuando James se le metía una idea o algo a la cabeza, fuera la hora que fuera, necesitaba contármelo y yo tenía que escucharlo, ambos hacíamos eso.

—Estas preocupado— susurré y me limpié las lagañas de los ojos.

—No me gusta ese tal John Constantine— bufé, que Dios me diera la paciencia suficiente para no hacerme un exorcismo y deshacerme de él. James era bastante celoso en cuanto a los chicos se trataba, pero eran unos celos más de hermano que de pareja, me lo había dicho hace tiempo, ya que en realidad no sabíamos si éramos "hermanos" o no, pero siempre estuvimos juntos y crecimos juntos (en lo que cabe, porque cuando era niña, él también se veía como un niño y fue madurando al igual que yo como una persona normal).

—James, estoy cansada— le susurré.

—Lo sé, pero hay algo que...no lo sé, no me gusta— hice una mueca— Se que te gusta a ti.

—Ay por favor, James— esta vez me puse de pie y me dirigí al baño— No digas estupideces, lo conocí hace... ¿tres? ¿dos días?

—Que te guste de vista no tiene nada que ver con que lo hayas conocido hace poco, te atrae — dijo detrás de mí eso último.

—Lo admito, me descubriste— dije con las manos en alto— Es bastante atractivo, a decir verdad— tomé una bocanada de aire y su imagen apareció en mi mente, él era sexy sin intención de serlo— Es muy guapo.

—¿Sí? — asentí— Bueno, por eso mismo, debo pedirte que te alejes de él—me reí un poco sin poder evitarlo— No te rías, hablo en serio.

—Vamos James, tal vez me enseñe algunos trucos con los demonios—pase a un lado de él y me dirigí a la cocina donde saqué un vaso y tome un poco de agua, me subí a la encimera y miré por la ventana— Se que no debería decírtelo, seguro le vas de chismoso, pero...—tome un poco de aire para luego suspirar pesadamente— Me hace ilusión hablar con alguien que es igual que yo.

—No lo necesitas— se acercó a mí y puso una mano sobre la mía— Me tienes a mí.

—Ya lo sé— murmure por lo bajo, desviando de nuevo la vista a la calle— Aún hay que resolver el asunto de Isabel.

—Que, por cierto, sigues sin contarme— rodé los ojos con fastidio y le conté todo lo sucedido, desde que subimos al taxi con Chas, hasta cuando llegué a la calle y me encontré finalmente con él— John dijo que casi nos hago chocar, ¿todavía estabas ahí cuando sucedió?

—Joder que si—murmuro y tomo aire— comenzaste a decir cosas raras, por el espejo pude ver como tus ojos se volvían blancos, ya sabes, esa mierda de hacerlos hacia atrás mientras pasabas las manos por las páginas, admito que algunos pájaros cayeron muertos cerca y por Dios que temí por nosotros, dabas miedo y no respondías, Chas perdió el control del auto, trato de orillarse pero no pudo, cuando estábamos a una cuadra del hospital, intenté tocarte el hombro, pero como si tuvieras un campo de fuerza, me impulsaste fuera del auto, traté de ir al hospital después, pero no podía, cada paso que daba más cerca, dolía como el infierno, eso sin contar el dolor de estar separados— movió el vaso en el fregadero de un lado a otro— luego...ya no te sentí, por un momento creí que estabas muerta, que quería seguirte la pista pero no podía, me llevo casi todo el día encontrarte, hasta que me pare frente al edificio de tu novio.