Constantine [Keanu Reeves y Tn]

14.

Hice lo mismo que él acababa de hacer, miré sus labios fijamente, su nariz roso con la mía y me acerqué un poco más a él, poniéndome de puntitas, sujetándome de sus hombros nuestros labios rozaron, pero se apartó un poco ante mi repentina reacción, lo miré a los ojos y volví a mi posición inicial, estaba por separarme del todo, pero ahora fue él el que se acercó más a mí, parecía indeciso (por sus acciones, su rostro era un enigma) cuando finalmente creí que iba a besarme de una buena vez, cerré los ojos pero solo lo escuche susurrar.

—Pero yo me quedaré la tuya— abrí los ojos de golpe y él tomó distancia entre ambos, lo miré desconcertada y sin creérmelo aún.

¡¿Qué había sido eso?!

Él se dirigió a la mesa donde encendió un cigarrillo, no sabía que hacer o que decir solo estaba ahí, parada como idiota. Antes de que el silencio incomodo empeorara, llamaron a la puerta, John paso junto a mi para darle la entrada a Ángela.

—Tn— me saludo, salí de mi aturdimiento y me giré con una sonrisa.

—Hola— me acerqué y nos dimos un pequeño beso en la mejilla en forma de saludo.

—¿Nos vamos? — preguntó, John no se tomó la molestia de responder, solo tomo su abrigo y salió, suspiré y le dediqué una sonrisa tranquilizadora a Ángela.

—Creo que no lo está llevando muy bien— le dije bajo, refiriéndome a lo de su amigo/conocido.

—Es comprensible— hizo una mueca de disgusto— No todos pueden llevar el dolor de la misma manera.

—No, claro que no— coloqué una mano en su espalda y ejercí un poco de presión para que camináramos a la puerta. Y así lo hizo— Bueno, vámonos.

—Sesiones espiritistas, tablas Ouija, encauzamientos, nuestro padre creía que quería llamar la atención. Y lo logró— Ángela nos sonrió recordando con tristeza a su hermana — Les hablaba a todos de las cosas que veía— dijo para luego darnos la espalda viendo la especie de piscina en forma de cruz. James me miró y leí sus labios al decir:

"Deberías ser como ella"

Le di una mala mirada y negué lentamente, él bufo y John miró sobre su hombro hacia nosotros, inspeccionando a James y luego una mirada penetrante a mí.

—Solía asustar mortalmente a mi madre. Y luego dejó de hablar por casi un año.

Me giré hacia James y sin emitir sonido dije solo con mis labios.

"Voy a hacer eso, si insistes en la idea"

—¿Así que la internaron? —pregunto John.

—Si— miramos un poco el agua cristalina, James también lo hizo, incluso metió su mano en el agua y comenzó a hacer ondas, dejando bastante confundida a Ángela. Di un paso atrás para hacerle señas de que dejara de hacer eso, pero me ignoró— que extrañó.

—Deben ser por las vibraciones— me adelanté a decirle, John me miró con una ceja alzada, y yo me encogí de hombros.

—Muéstrame su habitación— le pidió y Ángela nos guio hasta ella en completo silencio.

—Muy bonita habitación, a decir verdad— me susurró James y asentí— Y está a una altura considerable— se inclinó y hecho un vistazo por la ventana— ¿Por qué no solo la abrió y se lanzó desde aquí? — Abrí los ojos como platos, y le di otra mirada feroz de reproche, él me hizo una cara haciéndome burla de ello.

—¿Cuánto tiempo paso aquí? — le pregunté, John estaba en la entrada, viendo todo detenidamente, y Angela se sentó junto a la ventana.

—Dos semanas— la mire sorprendida— Esta vez. Se ponía mejor y luego peor. Últimamente, mucho peor— John se paró frente a la cama, le dio una mirada rápido y luego comenzó a revisar el clóset— Ese símbolo grabado en la mano del hombre muerto— parecía que se dirigía a John, pero al ver que no le prestaba la mínima atención, me miró y pregunto— ¿Tiene algo que ver con esto? — mi semblante se volvió serio, debatiéndome si era correcto decirle o no, estaría bien, pero podría ponerla en peligro de algo que todavía no sabíamos que era—Soy policía, lo recuerdan ¿no?

—Uno no se arroja del tejado sin dejar algo atrás— le dijo y ahora comenzó a revisar las repisas.

—Ya te mostré todo lo que dejó en esa caja, pero, adelanté— John hizo una mueca.

—¿Sientes algo? — me pregunto a lo que yo negué.

—Nada, absolutamente nada.

—Como siempre— dijo James con burla, tome una bocana de aire como si estuviera tomando paciencia y no aire, él también estaba buscando del otro lado de la habitación.

—Tal vez dejó algo más— le indique acercándome a ella— No algo que encontrara un policía. Algo especialmente para ti.

—Eran gemelas Ángela. Las gemelas tienden a pensar igual.

Cuando John dijo eso inmediatamente me giré a ver a James, él me sonrió con complicidad, tal vez no éramos mellizos, ni siquiera hermanos, pero habíamos estado siempre juntos así que podríamos considerarlos como unos mellizos no oficiales.

—Yo no soy como mi hermana.

—Pero lo fuiste una vez. Cuando eran niñas. Cuando pasaban juntas cada momento— John dio un par de pasos hacia ella.

—Tu comenzaba una frase— le dije yo ahora— ella la terminada— intercambié miradas con James porque eso último lo dijimos al mismo tiempo— Si te lastimabas, ella lloraba.

—Eso fue hace mucho tiempo.

—Ángela

—No hay nada aquí— me senté junto a ella y la tomé de las manos, ella me miró a los ojos.

—Ese tipo de vínculo no desaparece— ella desvió la mirada— Es algo que no puedes explicar, pero sabes que está ahí, incluso ahora que ella no está, aún lo sientes — seguía sin mirarme— ¿A que le temes Ángela? — ella separo una mano de las mías y la llevo a su boca mientras derramaba algunas lágrimas— Sabes muy bien que hay algo aquí y no puedes mentirle a alguien que lo comprende por experiencia propia.

Se puso de pie de golpe, separándose, llevó una mano y hecho su cabello hacia atrás, miró por la ventana fijamente.

—Cuando éramos niñas...nos dejábamos mensajes — su voz se cortó y se aclaró un poco la garganta— Con luz. Con aliento — soltó un poco de aire en la ventana y pudimos ver como se mostraban algunas letras en ella— En las ventanas.

James se acercó y sin que Ángela lo viera subrayó una parte de lo escrito.

Corintios 17.