17.

2.5K 250 20
                                    

Sentí como mis oídos zumbaban, abrí los ojos y giré un poco mi cabeza para ver fijamente como la tina que había roto el otro día, estaba reparada.

Pero no me estaba concentrando en eso, comencé a atar cabos sobre la muerte de Beeman, en ningún momento vi su cuerpo, ni siquiera entre en el cuarto donde John y Ángela había entrado.

Había olor a un azufre intenso, y yo estaba acurrucada en el suelo llorando, abrazando mis rodillas, con los ojos fuertemente cerrados.

Sentí la presencia de alguien a mi lado, sabía que no era John ni Ángela porque acaban de irse por el pasillo, además de que sus pasos se escucharon venir desde afuera, James se puso de cuclillas junto a mí y colocaba una mano en mi hombro dándome apoyo, en completo silencio.

—James ni siquiera puede entrar edificio— susurré, John se separó lo suficiente buscar mi mirada y no romper el abrazo.

—¿Qué?

Esa sensación de ya no estar en el presente volvió a mí, a ese día, comencé a ver por James en la calle, inquieto tratando de descubrir que era lo que pasaba adentro, avancé un poco y me vi en el suelo abrazando mis rodillas, y alguien junto a mí de cuclillas y con su mano en mi hombro, estaba de espaldas a mí, vestía un traje azul con delgadas líneas azules, estaba bien peinado, traté de avanzar un poco más y verle el rostro, pero entonces otra visión, apareció en mi mente, una moneda girando en los nudillos de la mano de la misma persona que vestía el traje azul con rayas.

—Tn— me llamo John preocupado.

—Alguien estuvo aquí— me separé de golpe y salí corriendo hacia la salida, hacia donde había estado sentada llorando, luego seguí corriendo por la misma dirección por la que recordaba que habían ido Ángela y John para buscar a Beeman.

Mientras más me acercaba, más podía sentir esa suave vibración que provenía de algún lugar.

Cuando estuve a medio pasillo del cuarto de máquinas, donde había muchas cosas al fondo, en un escritorio y donde había muchos frascos colgando del techo. John me seguía de cerca.

—Era algo suyo— susurré — Rodaba, pero no era una pelota, era algo más pequeño — cerré mis ojos, la vibración estaba muy cerca, frente a mí— era brillante— me puse de rodillas y busqué entre las rendijas hasta que, con las yemas de mis dedos, sentí una leve descarga eléctrica.

Bingo.

La tomé con mi dedo índice y mi dedo medio, puse la moneda de plata en mis nudillos, tal y como lo había visto me giré, solo había un demonio que conocía que tenía una moneda que giraba en sus nudillos.

—Baltazar — gruño John en cuanto me giré con la moneda aun girando en mis nudillos.

—¿Lo conoces? — le pregunté, él me tomo de las manos y me ayudó a ponerme de pie.

—Lo odio— tomo la moneda y la examino con una nueva de asco— ¿Tú lo conoces? — asentí— ¿Cómo?

—Es un pervertido.

Flashback.

James había perdido el control, habíamos discutido mientras me encontraba en la parte de atrás del restaurante en el que trabajaba y quebró toda la vajilla que estaba frente a mí, no solo me despidieron, sino que también tuve que pagar una barbaridad de dinero por su pequeño berrinche.

Y sin más remedio, un día que buscaba trabajo en el periódico, encontré uno en un bar en un lugar bastante peligroso, pero la paga era bastante buena, era cuatro veces lo que ganaba de camarera en un mes, James me insistió en que no lo aceptara, pero finalmente lo convencí.

Constantine [Keanu Reeves y Tn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora