Constantine [Keanu Reeves y Tn]

7.

Estoy por terminarme las uñas del nerviosismo mientras Ángela llena una olla con agua, no sabía que era posible viajar al infierno y regresar hasta que John se lo sugirió a Ángela, para ver si Isabel estaba ahí, ella aceptó muy ilusionada. Se que debería decirle ahora que vi como la arrastraban al infierno desde hace 45 minutos, pero no sé cómo soltarlo.

Flashback.

—¿Por qué tú no estás vomitando? — me cuestiono Ángela al ver que estaba bastante bien, como si no hubiera pasado nada— No me digas que te mueves en los mismos círculos que el Sr. Constantine .

—Es...más complejo que eso en realidad

—Dile que puedes ver entidades, seguro ahora no se lo toma tan mal, no después de lo que acaba de ver— rodé los ojos, a James siempre le ha gustado la idea de decirle a quien se cruce en nuestro camino que puedo ver entidades y ¿cómo no?, si la que sufre soy yo no él.

—¿Qué eran esos? — Ángela me miró asustada y todavía un poco en shock.

—Demonios— le respondí viéndola seriamente, ella negó y se puso por fin de pie.

—Saqueadores de los condenados—me corrigió John acercándose a nosotras.

—Son demonios, al fin y al cabo— susurré, él me miro y sonrió.

—Si, pero las hay de todos los tamaños y colores.

—No, es imposible— Ángela seguía negándose a creer mirando a su alrededor, alejándose cada vez más de mí y de John.

—Si, no creo que me buscarán a mí— me miró fijamente al decirlo, diciéndome con su mirada de que estaba seguro de que era por mí.

—No, no, ni siquiera lo pienses amigo, nosotros no tenemos nada que ver— le reprocho James y se puso delante de mí.

—Si, seguro, que no es contigo, ya que no pasan cosas raras últimamente cuando estas cerca— me dio una sonrisa ladina, luego se dirigió a Ángela—¿aún cree que no fue suicidio?

—¿Isabel? — cuando dijo su nombre, sentí todos los vellos de mis brazos erizarse—Ni en un millón de años.

—vamos a asegurarnos— le sonrío, como si fuera a hacer algo divertido añadió— veamos si está en el infierno.

Fin del Flashback.

Y ahora estamos en su departamento, John está revisando algunas cosas que, según dijo Ángela, eran de Isabel y que ahora estaban ahí.

—Tú sabes algo, ¿no es así Tn? — me susurró James, me aleje lo suficiente hasta que llegue a la cocina, cerca de la ventana para que no se escuchara nada— Cuando fuiste al hospital, lo hiciste sola, porque tú misma me aléjate, no sé cómo lo lograste, pero lo hiciste y hasta que no estuviste en la calle no supe donde estuviste. Se que estas nerviosa por como mueres tus uñas.

—Ay James— llevé una mano a mi cabeza y suspiré pesadamente— si supieras lo que pasó.

—Cuéntame, no es justo que lleves esa carga tu sola— miré a los autos pasar un rato y seguí mordiendo la uña de mi dedo pulgar— ¿Tn?

—Yo vi cuando se la llevaron—susurré.

—¿A quién?

—A Isabel, ¿a quién más? — le reproché en un susurro— Vi cuando la llevaron al infierno, ella me contó muchas cosas raras, pero no fue ella la que me llamó a ese lugar.

—De acuerdo, debes explicarme muchas cosas, pero si sabes que está en el infierno, ¿por qué no corres a decirle al tipo ese que está la sala en vez de que vaya a hacer la locura de irse allá abajo? — él miró por la puerta asegurándose que no nos escucharan cuando añadió— aún lo pienso imposible.