Capitulo 70: Nos vemos en Hogwarts

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Neville Longbottom lejos de todo contacto con exterior, reposaba en sofá de la cabaña en el que pasó la noche acompañado de la mujer que se hizo pasar por Hermione, esta se encontraba semi desnuda y un poco borracha por todo el wisky bebido la noche anterior. Se removió inquieto en el sofá y de manera brusca lanzó las piernas de la tipa al suelo, provocando la queja de esta que volvía a acomodarse nuevamente. El mago se disponía a continuar durmiendo cuando los fuertes y desesperados golpes en la puerta lo molestaron...
- Señor... señor, es una emergencia - una joven y temerosa voz gritaba. Neville le quito las sabanas a la mujer y tras anudarla alrededor de su cintura abrió -
- ¿Qué pasa? - gruño al abrir la puerta, rascando su panza -
- Es Potter Señor... encontró a Hermione -
- Entonces manden más hombres a custodiar - ordenó -
- Señor usted no comprende.... Potter se llevó a Hermione - si el alcohol estaba provocando semejante dolores de cabeza eso iría muy mal, sus labios se torcieron en una mueca que asociaron a su molestia y sin tener tiempo de asimilar uno de los seis jóvenes fue alcanzado por el potente hechizo imperdonable causando instantáneamente su muerte -
- ¡Son unos buenos para nada! ¡Idiotas! - se tomo la cabeza que tanto le dolía por la noche de fiesta que se había dado -
- Esas... esas... no son las peores noticias - el joven que hablaba estaba aterrado -
- A no - volteo mirándolo con odio -
- Descubrieron... al último grupo que teníamos... solo quedamos nosotros señor - ¿Cinco? ¡Tan solo cinco hombres! Y esa ramera que estaba en sillón enseñando sus piernas. De los cien que había conseguido solo 5 quedaban -
- ¡Maldita sea! - grito y como un desquiciado arraso con todo lo que estaba a su lado, provocando que la mujer en el sillón se despertase asustada -
- ¡¿Qué pasa?! - se cubrió la ropa interior con un pantalón -
- ¡No puede ser! ¡No puede ser! - la mesa cayó contra la ventana haciéndola mil pedazos - ¡Odio a Potter! - se fue hasta la habitación hecho un loco, un enfermo, un desquiciado -
- ¿Qué fue lo que paso? - le preguntó a los cinco jovenzuelos que estaban en el umbral, no debían tener más de 17 años, al tanto que se vestía con rapidez -
- Harry Potter se llevó a su mujer... Hermione -
- ¿Hermione? ¿Cómo supo...? - se calló al instante. Seguramente al grupito que habían capturado sabían donde estaba Hermione, sin decir nada se fue de la cabaña, dejando aquellos ingenuos con un hombre mal de la cabeza. Aparte ella no era una asesina solo un mujer en busca de dinero, Neville se lo había ofrecido y había caído en el juego, ahora tan solo volvería a donde pertenecía... los bares y cantinas, a buscar más dinero...

La mañana llegó con más velocidad de la que hubiese esperado Harry, ya podía sentir los rayos de sol contra su rostro incitándolo a abrir sus ojos, se giro para dar la espalda, pues dormía placidamente en una de las camas de la enfermería, cuando escucho un infantil quejido... La visión que tuvo al abrir sus esmeraldas fue maravillosa, su castaña estaba de costado dándole pecho a un impaciente Sirius...
- Buenos días dormilón - él sonrió sentándose en la cama y pasando las manos por su rostro para despertar -
- ¿Cómo amaneciste? -
- Perfectamente, me siento como nueva... - miró a Sirius quien lentamente dejaba de tomar leche -
- ¿Cuándo me dormí? -
- Te sentaste en la cama y de pronto te dormiste, Hagrid y Ron te acomodaron - le quito el pecho y acomodó la camisola que llevaba para después limpiar la boquita de su pequeño -
- Solo quiero una buena ducha - comentó tras besar la frente de su mujer y la de su hijo, a quien ya le masajeaban la espalda para que saliesen sus gases. Tomándolos desprevenido un fuerte eructo resonó en la habitación, haciendo reír a los padres - podemos tomar eso como que estaba exquisita la leche -
- Creo que si - Hermione se veía mucho mejor que ayer, el color de su rostro era el mismo que conocía, su sonrisa y su buen animo. El pequeño Potter dejo fluir lo que lo inquietaba y moreno no pudo más que disfrutar viendo a su familia reunida nuevamente. Cuando recordó que aun le quedaba trabajo respiro profundamente -
- Herms yo debo ir al cuartel -
- ¿Ahora? - asintió -
- Pero tú te quedarás acá con el niño, es lo más seguro que puedo ofrecerles mientras ese enfermo este suelto - sostuvo su mirada y asintió al tanto que acurrucaba al pequeño en la cuna que McGonagall había pedido que dejaran al lado de su cama -
- No te expongas más de lo necesario - le pidió bajándose de la camilla en la que debió dormir la noche anterior y se acercó hasta él -
- Descuida... - lo abrazo como hacia días no lo hacía - haz caso en lo que te pidan, por favor -
- Si, te lo prometo - se mantuvieron así, cómplices de su propio silencio -
- Cuando todo esto pase, buscaremos una casa donde Sirius y tú puedan estar bien -
- Los tres mi amor, donde los tres estaremos bien - se separaron solo un poco para poder mirarse -
- Tuve mucho miedo - le reconoció luego de admirarla, sentía la opresión del pecho tan solo con admitir aquello - no quiero perderlos nunca -
- Ya estamos aquí... -
- Lo se -
- Y te querremos siempre - el mago besó su hombro y luego su boca, la sostuvo firmemente de la cintura. En medio del beso sonrieron, y es que estaban juntos, la felicidad eterna no existía y lo sabía pero juntos día a día de la mano de su hijo conseguirían construir algo que se asemejara -
- Permiso... - interrumpieron Luna y Ron, acompañados por Anahí, quien fundida abrazaba a su padre -
- ¡Herms! - se emociono Luna de verla, la ojiambar se separó de su prometido y la abrazó -
- Luna ¿Cómo estás? -
- Bien, bien... ¡oh! amiga me alegra que estes bien -
- Tranquila - la rubia no pudo evitar sollozar en su hombro -
- Tuve tanto miedo... te debo la vida -
- No digas eso, yo te lo debo todo por cuidar a mi hijo - se separó y le sonrió -
- ¿Cómo estas Herms? - ahora era Ron quien la abrazaba -
- Debiste extrañarme para que me abraces y no me sueltes - bromeo, correspondiendo -
- No te imaginas cuanto, tuve que soportar a un irritable Harry sin mencionar a Sirius también muy irritable -
- Pero si ambos son un dulce - rieron -
- Él mismo carácter, no puede negar jamás a su hijo este hombre -
- Son algo mañosos pero tiernos - rieron -
- Ahora vengo a robarme a nuestro amigo... necesito a Harry -
- Si, si, me ducho y nos vamos... - se golpeó la cabeza - olvide mi ropa -
- Ronald Weasley piensa en todo... - se jacto - cuando fui por ropa de Hermione traje ropa para ti -
- Por eso eres mi mejor amigo - el moreno se despidió de su mujer y por supuesto del pequeño Potter al tanto que Ron también lo hizo de Luna y Anahí -
- Nos vemos luego - la castaña asintió -
- Cuídate mucho - un corto beso sello su despedida.

"Atados a un Sentimiento" - Harry & Hermione -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora