Capítulo 2

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Estaba sentado en el sillón de mi antigua casa, donde me había criado

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Estaba sentado en el sillón de mi antigua casa, donde me había criado. Sujetaba a Holly con fuerza entre mis brazos para que no se escapara. Mi cara era iluminada por la luz que transmitía el fuego y una sonrisa satisfactoria apareció en mi rostro. Al principio solo veía grandes columnas de fuego expandiéndose por la maqueta hasta llegar al resto de muebles. Después la imagen se nitidó y vi a mi padre entre las llamas. Su pelo negro haciendo contraste con el color cálido del fuego, tenía uno de sus trajes caros y la boca abierta de par en par. No podía oír lo que decía, mi concentración estaba únicamente en la música melódica del fuego, casi podía oír una canción entre los susurros de las llamas.

Antes de que me diera cuenta mi padre estaba justo enfrente mía, con unas cuantas llamas sobre él. Me miró con una sonrisa cínica mientras cogía a Holly del cuello y tiraba de él. Traté de evitarlo pero antes de que me diera cuenta ya había tirado al perro al fuego. La música de las llamas cesó y oí los chillidos del perro mientras ardía vivo. Sentí las lágrimas, el sabor a ellas y la mano de mi padre sujetándome para arrojarme a las llamas. Pero antes de que sucediera me desperté inhalando aire como si respirara por primera vez.

El eco de unas voces se metió en mi cabeza de una forma molesta. Hice una mueca cuando alguien cogió mi brazo. Mi vista se aclaró y vi el lugar donde había despertado. El hospital. Frente a mi había un enfermero comprobando si la vía que estaba unida a mi brazo continuaba recibiendo suero. Quise preguntarle cómo había llegado hasta ahí pero no lo hice.

—Le diré a tu amigo que has despertado—dijo haciendo una reverencia. Se marchó antes de que pudiera contestarle.

Intenté moverme pero un dolor insoportable estremeció mi cuerpo. Me llevé las manos a la cabeza y sentí un dolor punzante, como si cientos de caballos estuvieran corriendo en su interior. Además me dolía el brazo contrario a la vía, donde tenía algunas heridas ya curadas.

El enfermero volvió seguido de Jungkook.

—Tienes suerte de tener un amigo así—dijo el enfermero con una sonrisa que desapareció al ver que nadie le respondía.—Os dejaré solos, volveré luego para quitarte la vía—se marchó haciendo una pequeña pero notable mueca.

—¿Cómo estás?—Jungkook se acercó a mi y se sentó en un lado de la cama.—¿Recuerdas algo?

Traté de buscar algo en mi memoria que indicara el por qué estaba en el hospital pero no lo conseguí. Lo último que recordaba era haber ido a casa de Jooheon. Negué con la cabeza, tragando saliva con fuerza. Miré a Jungkook, con el pelo más oscuro de lo habitual y la ropa cubierta de algo que parecía hollín.

—¿Qué te ha pasado en la mano?—le pregunté al ver una venda cubriendo esta. Jungkook hizo una mueca y trató de taparla con su otro brazo.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora