Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO II)

Capítulo 3

Encontré la calma mientras caminaba por el distrito de Jungkook que también era el de Iseul, pasé por la cafetería en la que ella trabajaba y miré su interior desde fuera. El recinto estaba cerrado pero podía ver el contorno de las mesas y las sillas. 

Solo llevaba la sudadera de Jungkook y pasé frío. Pensé en ir a mi piso, en rescatar algunas cosas de las cenizas, pero decidí no hacerlo. Caminé sin ir a un lugar específico y acabé mirando el río Han desde un puente por el que pasaban los coches para ir de un distrito a otro. Miré la velocidad con la que avanzaba y las luces de la ciudad que se reflejaban en él. Me recordó uno de los cuadros de Van Gogh, la noche estrellada sobre el Ródano. Había estudiado historia del arte durante varios años en casa gracias el padre de Hoseok, un hombre que amaba la enseñanza por encima de todo. Hoseok había venido un día con él y así fue como le conocí. Era un niño que me transmitía mucha felicidad y confianza, alguien con quien sabía que estaría por mucho tiempo. Pero ese tiempo ya había caducado y desee que las cosas hubieran sido de otra manera. 

Dejé de mirar el río y continué caminando por encima de él hasta llegar al otro distrito, Yongsan. Si caminaba unos minutos más llegaría a Itaewon y eso fue lo que hice. 

La calles repletas de gente propias de un sábado me agobiaron un poco, pero había sido mi decisión propia ir a aquel lugar. Vi los carteles luminosos, los callejones llenos de discotecas y la carretera con un atasco bastante grande en el que tendrían que esperar unos minutos para volver a circular con normalidad. 

Busqué la calle del Club Soap Seoul  pero al recordar que era uno de los sitios habituales de Iseul busqué otro lugar, haciendo memoria de otros lugares que también eran bastante buenos. 

—¡Min Yoongi!—me llamaron. Me giré, viendo a Kai y a algunos de sus amigos sonriéndome. Llevaba mucho tiempo sin verle.—Me he enterado que se ha quemado tu piso—me sonrió dejando ver sus dientes.

—¿Cómo sabes eso?—fruncí el ceño.

—La noticias vuelan, sobretodo cuando se trata de alguien como tu—dijo haciendo que sus amigos rieran.—Vamos a ir a Why Not, ¿vienes?

Asentí alzando las cejas y recordando que Kai era famoso por sus juergas. 

Una vez frente a Why Not , un local escondido en Homo Hill, Kai me rodeó con los brazos. 

—Tengo reservada una sala solo para nosotros—me dijo mirando a todos sus amigos, que le miraron con entusiasmo.—Me he dado cuenta de que estás un poco de bajón y sé exactamente lo que necesitas—alcé la mirada y vi sus ojos brillar por el reflejo de las luces neón de la puerta del local.—Necesitas alguien con quien tomar drogas. 

Sonreí y entré en el club con ellos. Había música occidental y humo en el aire. Había personas de todos los países, unos bailaban y otros hablaban mientras bebían alcohol.