Capítulo 19

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Yo no iría al servicio militar, al menos eso me había aclarado mi padre cuando me contó que él tampoco lo hizo

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Yo no iría al servicio militar, al menos eso me había aclarado mi padre cuando me contó que él tampoco lo hizo. Los hombres que tenían gran importancia para el país, contribuyendo a su economía o en otros ámbitos podían decidir no ir. Mi padre nunca me había dado la opción de elegir y yo tampoco lo había pensado demasiado. Jungkook se veía decidido con respecto al tema, había dicho que era mejor ir después de la universidad, que sería un honor aprender a defender su país y que esperaba que le ayudara a madurar o a mejorar cosas de sí mismo. Se iría en enero y pasaría dos años de su vida allí. Iseul se puso triste pero Jungkook bromeó sobre que le raparían el pelo para animarla.

Pensé en ese momento mientras oía a Nayeon hablar a mi lado. No me podía importar menos su opinión sobre el lugar. Habíamos venido a ver el sitio donde se celebraría la boda, un lugar abierto donde se celebraría la ceremonia y un salón grande para el banquete que habría luego. Mi madre y su padre caminaban detrás nuestra mientras Nayeon se fascinaba por cualquier tontería. El salón tenía mesas hechas de madera de nogal, alargadas para que pudieran comer un gran número de personas en la misma mesa, me recordaron a las del Gran Comedor de Harry Potter. Y también disponía de una decoración vintage que había pedido Nayeon, había candelabros con unas cinco velas sobre las mesas y espejos con una ornamentación propia de antaño con un tono dorado resplandeciente.

—He preparado aún más cosas—me comentó ella con una amplia sonrisa.—Ojalá también pudiera vestirme como lo hacían las mujeres en Europa durante el siglo XVIII.

Fruncí el ceño, sin querer decirle lo incómoda que debía ser esa vestimenta, teniendo en cuenta el corsé y la cantidad de capas que llevaban los vestidos. No sabía que a Nayeon le gustara esa época pero lo cierto era que no sabía nada de ella, solo que era modelo y la hija de la mujer que había decidido que hacer que mi hermano se suicidara sería buena idea.

Me alejé de Nayeon y miré todos los detalles que ella había preparado, la lámpara de araña, un pequeño espacio sin mesas pensado para que pudiéramos bailar, una pared con instrumentos. Me acerqué a ellos, al piano negro de cola que ocupaba la mayoría del espacio y vi unas partituras sobre él. Tocarían canciones de Beethoven, de las más difíciles además. Nayeon se había esforzado tanto que me avergoncé de no haberle ayudado en nada. Aunque, ¿cómo iba a ayudar en un acto que no quería que se celebrase? Al menos mi padre le dio todo el dinero necesario para que pudiera organizar la boda a su gusto.

Cuando me giré para hacer una broma sobre Beethoven me di cuenta de que estaba solo. Nayeon se había ido sin avisarme.

Mi madre apareció de repente con unas telas en los brazos.

—Nayeon me ha contado que estuvo trabajando unos meses en Francia, que le gustó tanto su historia y arquitectura que cuando tu padre le pidió que se encargara de la decoración lo tuvo claro—me dijo, mirando fijamente el piano.—Podrías tocar algo el día de tu boda, llevo mucho tiempo sin oírte tocar y la verdad es que tienes mucho talento.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora