Capítulo 17

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Era como si hubiéramos vuelto al inicio, yo había vuelto a decir algo que no debía

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Era como si hubiéramos vuelto al inicio, yo había vuelto a decir algo que no debía. Agarraba con fuerza el móvil roto que Iseul se había dejado en la mesa del hotel mientras caminaba hacia su casa sin saber muy bien que decirle. O que decirle a sus padres en caso de que ellos estuvieran allí. La noche era fría teniendo en cuenta que el día había sido bastante cálido, este frío atravesó mi sudadera y caló mis huesos.

Me mordí las manos, el dedo pulgar no había tenido tiempo de cicatrizarse y volvía a estar en carne viva. Si lo mordiera por más tiempo volvería a sangrar.

Había tantos problemas en mí, tantas cosas corregibles...Era horrible y era aún más horrible el cómo había pagado eso con ella. Debería dejarle, acabar con esto antes de herirla. Recordé a Hyesun diciéndole que se alejara de mi.

Me paré en frente de la verja de su casa. Las luces estaban encendidas y vi varias sombras en una de las ventanas que según recordaba era la de la cocina. Me coloqué detrás del muro por miedo a que me vieran e inspiré aire con fuerza al mismo tiempo que intentaba armarme de valor.

En la otra acera vi a un grupo de gatos tumbados, entrecerré los ojos intentando ver mejor a pesar de mi poca miopía y distinguí al gato de Iseul. ¿Se había escapado? Hice una mueca y me acerqué al grupo lentamente. Conforme me iba acercando confirmé aún más que se trataba de Nymeria. Algunos gatos huyeron pero por suerte ella no lo hizo. Me agaché lentamente a su lado mientras que el animal me miraba fijamente y parecía reconocerme. Decidí cogerle rápido, sin que se lo esperara, si hacía eso no pondría ningún tipo de resistencia.

El pelaje suave de Nymeria parecía haber sido remplazado por uno sucio y lleno de barro. Ella no se inmutó cuando le cogí, simplemente soltó un maullido mientras que los otros gatos me miraban con curiosidad. Apreté mis brazos contra el animal y crucé la calle de nuevo.

Iseul debería estar desesperada buscando a su gato ahora mismo así que abrí la verja ya abierta, por donde supuse que se había escapado el gato y subí las escaleras de la entrada.

Me mordí el labio aún sin saber que decir y esperando que la persona que abriera la puerta fuera Iseul. Toqué el timbre con el codo, sin querer soltar al gato de ninguna forma.

Pero desgraciadamente el que abrió la puerta era su padre.

Supe que era su padre por lo mucho que se parecían, tenía las facciones de la cara muy parecidas y esa mirada de seguridad en los ojos.

El hombre me miró se arriba abajo, miró el gato que se mostraba inmóvil junto a mí y frunció el ceño.

—El gato—dije de forma atropellada con el cuerpo lleno de tensión. Intenté sonreír aunque seguro que se vio como una mueca.

—¿Le pasa algo al gato?—alzó una ceja mirándome sin entender lo que quería decirle. Su acento del sur era aún más marcado que el de su hija.

Jet Black Heart↬Min Yoongi (LIBRO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora