friable | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ

𝔣𝔯𝔦𝔞𝔟𝔩𝔢 ; 16

Cerca de las cuatro de la madrugada, Jungkook abrió lentamente sus ojos cuando escuchó una melodía siendo tocada a lo lejos. Jeon Jungkook era de ese tipo de personas a las cuales costaba demasiado despertar, siempre había tenido un sueño pesado y cada vez que tocaba su cama, caía como un oso en medio de una invernación. Muy rara vez de despertaba una vez que se quedaba dormido, sin embargo, esta vez lo hizo gracias a que sintió una presión en su pecho. 

Para cuando abrió los ojos, se dio cuenta que la omega no se encontraba a su lado como había estado horas antes al quedarse dormidos. 

Jungkook se sorprendió cuando se dio cuenta que las luces que estaban en el techo aún se encontraran encendidas, dando así una iluminación completamente tenúe, y que las de las mesita de noche o los focos que estaban en el techo, estuvieran apagados. 

Las orejas de su lobo se alzaron hacia arriba en el momento que volvió a escuchar unas notas provinientes de algún lugar del departamento. Moviendo su muñeca, pudo ver en la pantallita de su reloj de muñeca la hora, 4:28 AM. El sonido de una pieza de piano le llamó más la atención, por lo que salió de la habitación sin hacer demasiado ruido. 

No le tomó demasiado a sus pies descalzos encontrar el salón en donde había un enorme piano de cola color negro reluciente, en el taburete, una omega completamente perdida entre las notas que sus dedos creaban, estaba sentada. 

Ante los ojos de Jungkook, ella se miraba mágnifica. La luz de la ciudad se veían gracias al enorme ventanal que tenía ella de frente. La luz más tenue que jamás había visto Jungkook, hacía que las sombras volvieran más delicado el cuerpo de Ryunah. El vello de su cuello se erizó nada más ver el de ella expuesto con esa iluminación. 

—Perdona, no quería despertarte —murmuró ella sin dejar de tocar o abrir los ojos, en el momento en que él se sentó a su lado —. Yo... no podía dormir. 

Jungkook puso uno de sus dedos sobre las teclas blancas y negras que tenía frente a él, un poco perdido por la melodía que ella había estado tocando hacia unos momentos —. ¿Qué tocabas? ¿La canción que le presentarás al productor? 

De pronto, un rubor apareció en la chica, una mancha rojiza que iba desde una parte de su cuello hasta un lunar —el cual siempre estaba escondido hasta momentos así— en su frente.

—N-no, es solo... una canción que se me ocurrió mientras no podía dormir —terminó por murmurar en un leve susurro, el cual, de no ser porque Jungkook se encontraba muy cerca de ella, jamás lo hubiera podido escuchar —. ¿T-te gustó?

Los ojos del alfa se dirigieron hacia la omega, el brillo en ellos dejó descolocada a Ryunah por un momento. Un sentimiento cálido le llenó el pecho. 

—¿Que si me gustó? —exclamó él como un niño pequeño —. ¡Fue hermoso, Ryu! No sabía que tocaras de esa manera, era tan... tan... no lo sé, la mejor canción de cuna que he escuchado en mi vida. 

Una sonrisa apareció en los labios de la omega, completamente satisfecha por aquel cumplido. Sus dedos comenzaron a pasearse por las teclas bicolores mientras que Jungkook se relajaba a su lado y recargaba su cabeza en el hombro de Ryunah. 

Ella dijo —: Me alegra que te guste, porque... e-es tuya. 

Al escuchar eso, Jungkook alzó su cabeza rápidamente y la miró, sus ojos bien abiertos casi al igual que su boca. 

—¿E-Enserio? ¿Mi propia canción de cuna? —ella asintió mientras se mordía su labio inferior en un intento de reprimir tanto su rubor como la sonrisa que amenazaba por salir. Jungkook no la pensó dos veces antes de tomarle el rostro y juntar sus labios, posterior a eso, la abrazó fuertemente —. No sabes lo feliz que me hace saber eso, ¿puedes volver a tocarla?