Puedes creer una mentira pero la sangre siempre tira hacia ti
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Es difícil ver cómo te alejes y saber que yo puse esa distancia
De pie frente aquella puerta de roble que la separaba de su más anhelado sueño, Lena se debatía entre llamar a la puerta o marcharse inmediatamente del lugar.
Nadie creería viéndole ahí con ese rostro serio y gesto ceñudo, lo nerviosa que se encontraba. Por dentro el cuerpo de le temblaba aunque no lo demostrará, había sido bien entrenada para no mostrar sentimientos por mucho que estos la estuvieran afectando. La cola de caballo que ha optado por llevar desde hace tiempo le da un aspecto más maduro e intimidante que de antaño. Vestida con un traje color vino y zapatillas de tacón negras, la hacen ver tanto atractiva como intimidante.
Salto tomada por sorpresa al escuchar la puerta abrirse.
—¿Lena?—llamo Kara sorprendida al encontrarla en la puerta de su casa, observando sus zapatillas fijamente.
El corazón de Lena comenzó a latir acelerado al escuchar la voz de la rubia.
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Por su parte Kara estaba igual, hacía tiempo que no veía a la pelinegra pero seguía tan o incluso más hermosa que la primera vez que la vió.
Se ve tan preciosa. —penso la rubia admirada — ¿Pero que hace aquí? ¿Acaso está loca?
¡Por Rao, no importa!¡Cómo deseaba poder abrazarla! ¡Tocarla!
Y Lena no estaba muy diferente a ella, después de salir del estado atónito que había tenido al verla, no pudo evitar perderse en sus pensamientos de nuevo. —Esto es una mala idea, —se regaña. —Si Mike me encuentra aquí... —apreto los puños. —Porque tengo que pensar siempre en como reaccionará? —gruño mentalmente —Esto no debería ser así, no tendría porque pedir permiso para verla, no tendría que preocuparme que el arme un escándalo, pero con ella dentro lo hago. —Su corazón se oprime dolorosamente al pensar en ELLA. Sí, talvez no es buena idea estar aquí, sí, quizas se arrepentirá más tarde, pero verla aunque sea un minuto valdrá la pena.
Alza el rostro decidido y ve la creciente frustración y molestia en el rostro de la rubia, confirmando así sus pensamientos.
No debería estar aquí. —abre y cierra los puños tratando de liberar la tensión.
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