VII

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Chari se estremeció cuando se metió en el agua, puesto que ésta estaba fría, aunque no le importó mucho y se hundió hasta los hombros; no quería permanecer mucho tiempo fuera estando desnuda. Confiaba en Shun, pero aún podría ser un pervertido y espiarla mientras se encontraba fuera del agua. De repente, mientras se lavaba la cara, se le cruzó una idea por la cabeza. Shun se bañaría después que ella, por ende, se quitaría la armadura, el kimono y la venda, por fin podría ver lo que ocultaba debajo de esta. Miró a su guardia por encima de su hombro, él se encontraba sentado dándole la espalda, bastante lejos de la orilla. Soltó un pequeño suspiro y se hundió un poco más.

Tengo que aprovechar ésta oportunidad para ver que esconde. —frunció levemente el ceño—. Tengo que hacerlo en el momento preciso, pero ¿cuándo sabré que lo es? Se supone que debo estar de espaldas a él —pensó volviéndose para mirarlo.

Como antes, Shun se encontraba en la misma posición: sentado y dándole la espalda. Decidió salir, dado que no podía aguantar la curiosidad. Se vistió rápidamente y lo miró.

—Shun, —lo llamó—, puedes asearte tú ahora —le sonrió, él asintió y se levantó de donde se encontraba.

—No te muevas de aquí, no tardaré mucho.

—No te preocupes, Shun, no me moveré de aquí —le sonrió.

Realmente no planeaba irse, no se movería ahora que tenía la oportunidad de saber qué es lo que tanto le ocultaba su guardia. Se sentó en el suelo de espaldas a él. Shun, por su parte, caminó hasta la orilla del riachuelo y se quitó la armadura. El ruido que hacia este al tirarlo al suelo le indicó a Chari que pronto podría descubrir el objeto de su curiosidad. Se asomó por encima de su hombro, Shun se encontraba centrado en lo que hacía y no le prestaba atención a la princesa. Se quitó el shitagi, dejando al descubierto la venda. Chari se giró un poco más cuando él comenzó a quitarse la venda.

—¡¿Eres una mujer?! —exclamó cuando vio que lo que la venda cubría eran los senos de Shun. La guardia atinó a cubrirse con los brazos.

—¿P-por qué me estabas espiando? —le dio la espalda cuando sintió que sus mejillas ardían.

—Shun... —se acercó a ella sintiéndose realmente confundida—. ¿Cómo has llegado a ser guardia real siendo una mujer? —Shun sintió la necesidad de escapar; esto no debía suceder, Shun debía guardar el secreto, ocultar esto de todos, sobre todo de su protegida.

—P-prometí guardar el secreto a cambio del trabajo. N-nadie debía enterarse de que soy una mujer.

—Nadie lo hará. —Shun se giró un poco para mirarla—. No se lo diré a nadie, a cambio de que me cuentes como lograste engañarnos a todos. —la guardia no tuvo otra opción que asentir aceptando la condición. Chari se sentó junto a la ropa que había tirado Shun al suelo y la miró—. Ahora que sé que eres una mujer no tendré que girarme.

—Me gustaría que lo hicieras. —bajó la mirada aún avergonzada—. Me he acostumbrado a bañarme solo para evitar que me descubrieran.

—Sola, Shun. —la corrigió—. Ya no tienes que hablar así para ocultarte delante de mí.

—Lo siento, también a eso me he acostumbrado. —se mordisqueó el labio nerviosa—. ¿Te importaría girarte? Al menos hasta que me meta al agua. —la princesa asintió desviando la mirada de ella. Shun terminó de desvestirse, se metió en el agua rápidamente y se hundió—. ¿De verdad quieres saber cómo llegué tan lejos? —Chari se giró hacia ella y asintió—. Bien, ¿recuerdas que el amigo de mi padre fue quien me entrenó? Solo me entrenó porque mi familia lo necesitaba, de no ser así no lo hubiera hecho, y de estar vivo, mi padre no lo permitiría. —soltó un pequeño suspiro—. Él me ayudó a mentir, —desvió la mirada—, así que he estado viviendo como un hombre todo este tiempo que llevo como guardia.

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