Luego de varias horas caminando, decidieron parar a descansar. Ambas se sentaron en un árbol caído. Permanecieron en silencio unos instantes, nuevamente se sentían tensas e incómodas estando juntas. Shun se quitó el casco y se pasó la mano por la nuca nerviosamente, soltó un pequeño suspiro, para luego desviar la mirada a su protegida.
—¿Cansada? —inquirió rompiendo el silencio, la princesa apoyó su cabeza en su hombro sin pronunciar palabra ni dirigirle la mirada. Shun desvió la mirada de ella, para fijarla en su casco; la princesa le hacía realmente difícil el alejarse de ella—. ¿Quieres que busquemos un claro donde quedarnos? —la princesa negó con la cabeza, se apartó de ella y la miró—. ¿Qué sucede? —inquirió la guardia, Chari solo se quedó mirándola; Shun se preguntó si la princesa se había percatado de lo que sucedía en ese instante dentro de su cabeza. Tal vez, ella se había dado cuenta de todo, pero no pronunciaba palabra al respecto.
—No es nada. —respondió—. ¿Tú estás cansada? —acercó su mano a la mejilla de Shun, pero ésta apartó su rostro antes de que pudiera posar su mano en ella. Esto tomó por sorpresa a la princesa, la escrutó con la mirada unos instantes, sin entender por qué se comportaba así tan de repente—. ¿Qué sucede? —inquirió apartándose de ella, sin desviar la mirada del rostro de su escolta, ella solo negó con la cabeza—. Shun —la nombró preocupada; ¿es que había hecho algo que la molestase y por eso se comportaba así?
La princesa se levantó y se colocó justo en frente de Shun, logrando que su mirada se fijase en ella. Chari entrecerró los ojos y la examinó nuevamente.
—¿Qué sucede? —inquirió, su guardia apartó la mirada de ella. Chari la tomó de las mejillas e hizo que la mirase nuevamente—. ¿Qué sucede? —repitió por tercera vez, recibiendo silencio como respuesta.
Shun se había quedado completamente en blanco; no esperaba que la princesa reaccionase de aquella manera. Sintió como acariciaba su mejilla con su pulgar. Parecía realmente preocupada y era su culpa. Cerró los ojos unos instantes, perdiéndose en las caricias de su protegida en su mejilla. Volvió a dar una vuelta en sus pensamientos, volvió a preguntarse que sería correcto en su situación, hasta que finalmente encontró su respuesta.
—De todas maneras la perderé al final del camino. —volvió a abrir los ojos, encontrándose con su mirada preocupada, pero no se detuvo en eso, sino que comenzó a observar detenidamente cada una de sus facciones—. Me gustas... —pensó queriendo decirlo en voz alta, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo, se limitó a tomar sus manos apartándolas de su rostro suavemente.
—¿Qué sucede? —repitió una última vez la princesa, pero, esta vez, su voz había sonado casi como un susurro.
—Lo siento. —respondió de la misma manera, para luego soltar un suspiro—. Creo que esto está mal. —admitió—. Quiero decir, eres la princesa, no debería tener tanta confianza contigo. Ni siquiera debería hablarte como lo hago —volvió a suspirar bajando la mirada al suelo. La princesa esbozó una pequeña sonrisa.
—Realmente está mal esto, —Shun asintió sin mirarla—, pero no me importa. Nunca he seguido las reglas. —su sonrisa se amplió—. Recuerda que nos conocimos porque desobedecí a mi padre. —la guardia sonrió sabiendo que la princesa no la vería—. Podremos estar juntas hasta que lleguemos a Suruga. Luego sabremos que depara el destino para nosotras —soltó una de sus manos, la posó en la mejilla de Shun e hizo que la mirase, le sonrió, para luego besarla. La guardia correspondió al instante a aquel beso, apretando levemente la mano de la princesa.
—Me gustas... —susurró cuando se separaron del beso, sin intenciones de que la contraria la escuchase.
—Y tú a mí... —le respondió de la misma manera su protegida, haciendo que sus mejillas se enrojecieran un poco—. Ya no te preocupes tanto por lo nuestro, nadie se enterará de esto. —le dio un beso corto y se apartó de ella—. Será mejor que sigamos, ¿no crees? —Shun asintió, dándole vueltas a lo último que había dicho la princesa.
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Nuestro Secreto
Teen FictionNunca pensó que su secreto, el que había guardado celosamente durante tantos años, quedaría expuesto ante la persona menos indicada. Tampoco había imaginado que ésta se convertiría en mucho más que su confidente, que calaría tan profundo en su coraz...