- Lo sabe...- sigo sin despegarme de sus labios- lo sabe... ¿y tú estás aquí?- Por supuesto que estoy aquí, contigo- me acaricia la parte baja de la espalda, sus manos son tan cálidas, suaves- dónde debo estar, Shion no juzga mi corazón, Saga, y el tuyo tampoco, lo sabes... sabes que sigues siendo uno de sus niños; no puedes cambiar lo que pasó pero ya es pasado.
- Ah..., no hagas eso- gimo, otra vez al sentir como respira con la boca abierta contra la mía- por favor...
- Aún tienes miedo? - me pregunta a la par que mete su nariz tras mi oreja, la escucho respirar y mi vientre se contrae con un arrebato antiguo, tan antiguo como la vida- ¿Qué voy a hacer contigo, Saga?, no quiero miedos.
- Pequeña- murmuro acariciándole el cabello- no es miedo... esto es algo inmenso que no sé nombrar, lo siento en todo mi ser. ¿El pasado?cometí tantos errores...
- Déjalo estar, Saga- su voz es un susurro- Mírame a mí, yo tampoco sé muy bien que debo hacer..., no con este cuerpo, tengo toda la teoría... pero no la práctica- se ríe nerviosa-
No puedo dejar de mirarla, siento algo tan inmenso que me hace daño, porque se desdobla y la culpa también aparece, ¿cómo perdonarme a mí mismo?
-Yo puedo enseñarte algunas cosas, pequeña – digo bromeando- y sé que debo aprender de ti muchas más- mientras meto mis manos bajo su camiseta, las coloco a sus costados, y la miro fijamente, mis ojos viajan de los suyos a su boca, no puedo evitarlo. Aprieto sus caderas, sigo su contorno, con las manos, ascendiendo... el cuerpo de una mujer, no hay duda. La calidez de su piel me abruma como si fuese un adolescente, subo las manos por sus costados, tropezando con el sujetador, a buen seguro tengo cara de idiota, me maravilla sentir su piel latiendo así bajo las yemas de mis dedos, no puedo centrarme en nada que no sea esto. Acaricio el pecho, mis dedos juguetean con el encaje, lo sortean... colándose hasta encontrar esa piel suave, que se encoge al sentirme.
- Oh claro- ¿ironía?, sí, hay ironía en su voz entrecortada, aunque lo dice con una pose un tanto infantil y fingida- tú y tus orgías..., no pienses que se me ha olvidado..., está temblando ante el avance de mis dedos, pero aparta mis manos de su pecho, y yo arrugo el ceño, como un niño al que quitan su juguete favorito.
- ¿Celos? – pregunto burlón- ¿sabes cuánto tiempo llevo sin tocar a una mujer?, yo que tú me preocuparía.
- Mmm ¿se te ha olvidado, abuelito? – rayos!!!, abro los ojos, está jugando...-vamos a tener que refrescarte la memoria-
Abro la boca asombrado... sentado bajo un árbol cerca del lago, ni sé cómo hemos llegado aquí, mi consciencia está demasiado centrada en ella y en sus curvas, está arrodillada entre mis piernas, yo sentado en el suelo, apoyado en un árbol, sujeta mi cabeza con las manos, moviendo los dedos, en mi cuero cabelludo, provocando con ello escalofríos. Me dejo hacer... tiene algo tan especial en las manos... podría estar horas así, dejándome tocar el pelo, la cabeza... es tan relajante..., necesito relax, después de haberla tocado me he encendido como una tea.
Mueve los dedos en mi entrecejo... la sensación cambia, los deja un par de segundos, quietos, y comienza despacio a masajear...noto automáticamente calor allí, se reproduce también en mi ombligo bajando peligrosamente. Dice con voz pausada...
- ¿Sabes algo sobre chakras, Saga? – niego con la cabeza- ella me sonríe- se equilibran entre ellos con su opuesto este que estoy tocando se llama Ajna... ¿adivinas dónde está su opuesto, Svadhisthana?- trago saliva con dificultad asintiendo.
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Desde el silencio (parte 2)
FanficSaga recuerda ciertos momentos incómodos de su existencia..., mientras viaja hacia España, junto a Aioria, a reunirse con sus compañeros y con Saori Kido la reencarnación de su diosa Atenea. Esta pequeña historia está relacionada, con "Mi estrella...