Capítulo 9

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Bramo como un desquiciado, ella no me permite ningún movimiento, aunque no me sujeta... no puedo moverme. Hay algo raro en todo esto ya que ningún caballero se acerca y tenemos a unos cuantos por los alrededores.

Intento soltarme pataleando, ya que no puedo mover los brazos, mientras ella me mira sin inmutarse, me siento rabioso, encabronado deseando estrangularla, bueno estrangularla no, hacerle daño, en realidad... hacerle daño tampoco. Es exasperante, no sé qué hacer y eso me frustra, me pone furioso, sigo luchando pero no puedo soltarme. Estoy realmente cabreado con la situación... y con ella, claro que... está desnuda y no dejo de ser hombre... arggg, la odio y odio cómo me hace sentir.

Se lleva una mano a la boca bostezando con indiferencia, y cruza los brazos sobre el pecho, me mira burlona.

- Cuando te ponga las manos encima, Athena, te voy a... -le grito furioso.

- ¿Y qué te lo impide, Saga? No te estoy sujetando desde hace rato. Si no te importa, me llamo Saori – ese tono glacial me recuerda a Camus.

- ¿Ahora me hablas con frialdad, pequeña arpía? - hum, no es propio de ella.

- No puedes tocarme ¿verdad?, no te atreves a ponerme una mano encima – acerca su boca a la mía, jugueteando a rozar mis labios- ni siquiera lo deseas..., no quieres herirme Saga, ¿acaso no te das cuenta?.

- No juegues conmigo- le digo escupiendo las palabras con rabia- no sabes de lo que soy capaz-sueno bastante amenazador, pero por alguna extraña razón ella ni se inmuta. Asique comienzo a elevar mi cosmos, ella sigue cómo si nada, ya no tengo duda de que ha hecho algo para que nuestras energías no sean percibidas por el resto.

- Claro que sé de lo que eres capaz, pero aquí entre tú y yo – me sonríe burlona, es más, creo que se está riendo en mi cara la maldita niñata poniendo esa vocecilla de hacer confidencias- ¿Quién es el dios?, en serio Saga, ¿crees que puedes asustarme a estas alturas?

- Sólo crees que me conoces... pero no sabes quién soy en realidad y...- contengo el aliento, ¿está jugando con sus dedos sobre mi torso? Como si fuesen dos patitas paseándose arriba y abajo para subir hasta mis hombros y repetir toda la operación, ¿y porque hace esos mohines con la boca y esos ruiditos tan...? - Basta!!!- le grito- ¡¿qué coño quieres?!

- Ningún coño, prefiero esto...- ¿me está sobando la polla a dos manos...?  y mirándome otra vez con esos ojos maliciosos, creo que tengo un pequeño problema con esta situación- Además, chico malo, has sido tu quien ha venido sin que nadie te llamara, estaba aquí tan feliz con ¿tu otra parte?, sí algo así, cuando has decidido aterrizar, te mereces un castigo.

-Mi otra mitad... seguro que te ha dejado deseando más... él no sabe tratar a una mujer de verdad, pero claro...- no me deja terminar de hablar, la tengo encima comiéndome la boca con ganas y con hambre.

- Tu otra mitad es perfecta para mí, Saga, tú... eres perfecto para mí – me dice mientras acaricia mis labios con los suyos haciendo que vuelva a dejar de respirar y mi ingle comience a dar tirones- me parece increíble que aún no te hayas dado cuenta, de las veces que has ido y venido mientras estábamos aquí hace un momento.

- Para un momento, la sostengo por las muñecas- estoy bastante confuso- ¿me estás diciendo que he estado aquí todo el tiempo?

- Bueno, el suficiente -me besa otra vez- empiezo a llevar sus brazos hacia atrás, despacio- a juzgar por los cambios de color en tu pelo, pero estabas tan centrado en cuidar de mí... que ni cuenta te has dado, apareces en los momentos en los que te cuesta contenerte, en los que el deseo supera todo lo demás.

- Eso quiere decir que - empiezo a comprender- tu y yo...

- Has sido mi primera vez... no hay razón para que te empeñes en castigarte, tampoco necesitas tener este aspecto para mostrarme que eres un chico malo y lujurioso- me habla muy serena, a la vez que acaricia mis hombros- me has cuidado mucho, pero sé que no siempre va a ser así... ¿no es cierto?

Desde el silencio (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora