Que no pase el tiempo, prefiero sentir esto por siempre... abrir los ojos y verla aquí pegada a mí... sentir su calor, poder acariciar su pelo mientras sigue dormida, no quiero que nadie pueda robárnoslo, voy a atesorar estos momentos por el resto de mi vida, tres meses que han sido lo mejor que me ha pasado en todos estos años, con todo el miedo que cargaba dentro cuando viajaba hacia aquí junto a Aioria, no cambio esto por nada.
La estrecho contra mí, mi dulzura, quien me lo iba a decir... de aquella que me devolvió la existencia, que yo mismo me arrebaté varias veces, me ama, ya no puedo entender la vida sin ella, sin su roce, o sin su mirada, aún en la distancia, aún si no me quisiera cerca... yo la seguiría hasta donde fuese necesario.
Estoy acariciando su vientre, aún duerme, y no puedo evitar sonreír... ¿esto es el amor?, la palma de mi mano que descansa un dedo por debajo de su ombligo, sobre su vientre, se siente caliente, un calor extraño, esto no tiene nada que ver con mi ánimo sexual... ni con el deseo, es... otra cosa diferente, cierro los ojos tratando de concentrarme en esa sensación que me lleva a sentir cómo si algo estuviera retumbando en mi interior. Es agradable... pero también totalmente desconocido para mí. Sigue dormida pero una de sus manos se mueve sobre mi pecho, allí queda... quieta, siento perfectamente, con los ojos cerrados el calor de su palma contra el pecho y también soy consciente del propio calor que emite mi pecho contra la palma de su mano... ¿Qué es esto? ¿de dónde vienen estas sensaciones tan intensas?
Sigo con los ojos cerrados... siento un fogonazo de luz, ¿dónde estoy?, sólo soy consciente a medias de su mano sobre mi pecho, y de mi mano sobre su vientre, todo lo demás ha cambiado, estoy en un dormitorio que recuerdo vagamente, la veo... sobre la cuna, ella está llorando.
No quiero estar aquí, no quiero recordar esto...pero ¿cómo evadirme e ir hacia otro lugar más amable cuando no sé qué me lo impide?, me acerco a la cuna dónde ella llora, es la misma habitación de hace casi 20 años, su habitación, no puedo verme a mí mismo, pero sé que estoy ahí, me reconozco porque veo el anillo que pertenecía a Shion en mi mano, y porque lo sé, estoy ahí justo frente a ella. La angustia me hace respirar con dificultad.
La estoy tocando, veo mi mano posarse sobre ella, sostengo una lucha interna enorme quiero huir de aquí, no quiero ver esto, ella deja de llorar de inmediato y agarra uno de mis dedos, emitiendo una serie de ruiditos y gorgojeos adorables. La veo sonreír, arrullándose a sí misma con ese dulce sonido... no aguanto más y la tomo en brazos recostándola sobre mi pecho, la acuno, esa sensación me invade otra vez, la angustia va bajando de intensidad, cuando abre los ojos y me mira me percato de que no es Saori pues tiene los ojos verdes... su pelo es de color similar al suyo pero diferente y aun así...
- Saga... Saga, amor, ¿estás bien? -, abro los ojos y me encuentro con los de Saori, seguimos en la misma posición.
- Abrázame- le pido estrechándola aún más contra mi pecho- sacudido de repente por esa necesidad de sentirme protegido, sin saber muy bien porqué.
- ¿Has tenido una pesadilla? - pregunta mientras me abraza fuerte, reacomodándose entre mis brazos y rodeando mi cintura.
- No, ni siquiera estaba dormido- respondo – pero he tenido unas sensaciones tan extrañas... y ese calor tan agradable que parecía transportarme, aun así... tenía miedo de estar ahí... sacudo la cabeza. He visto un bebé, pensaba que eras tú, he sentido terror por si te hacía daño pero luego no eras tú, no estoy seguro.
- ¿Calor agradable?, ¿te refieres a calor físico? – me pregunta ella, y yo asiento sin hablar- tal vez deberías comentárselo a Cam, ¿no habéis hablado de nada de lo que ella practica ahora?, el calor es algo fundamental, es la forma de energía física que más se nota mientras se practica Reiki y otras terapias para sanar el cuerpo físicamente, se siente calor... pero también sirve para sanar el alma... ¿Un bebé...? - me sonríe.
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Desde el silencio (parte 2)
Fiksi PenggemarSaga recuerda ciertos momentos incómodos de su existencia..., mientras viaja hacia España, junto a Aioria, a reunirse con sus compañeros y con Saori Kido la reencarnación de su diosa Atenea. Esta pequeña historia está relacionada, con "Mi estrella...