Que empiece el juego.

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Adv: Capítulo con contenido sexual.

Cabina de prueba.

-Lo siento, si pudiese evitarlo.. -

-No.. Yo entiendo, solo hágalo Kaede san, no es como que tengamos opción de todas maneras-Rintarou no quiere ver a Kaede a la cara, mantiene sus ojos en el suelo.

-¿Es tu primera vez?- Rintarou le responde sin hablar, lo hace con sus ojos tristes- Seré gentil, lo prometo, haré que sea rápido-

Kaede caminó hasta Rintarou, su corazón dolía cuando le veía llorar en silencio, los ojos de Rintarou estaban tan rojos cómo su frente y mejillas. Ese precioso ser.. Sufriendo por lo que él le haría.

-Tengo miedo-

-No llores por favor-Kaede se siente mortificado, sin ningún deseo de tocar a Rintarou en esas circunstancias.

-Sumizone, comiencen de una vez, no retrases el asunto- Se escucha por el altavoz.

Tomando aire en grande y viendo el asentimiento triste pero decidido de Rintarou, Kaede tomó con la punta de sus dedos las orillas de la suave tela que "cubría" el cuerpo de Rintarou.

Su piel es tan blanca, suave y cálida, solo en la punta de sus dedos lo había sentido, el calor de su piel tan adorable.

-Eres hermoso-

-K..Kaede san..-Rintarou tiende a cubrir sus partes íntimas, quiere morir de vergüenza y tristeza.

-Ven cariño, vamos a la cama, ahí estarás más cómodo- Ofreció sabiendo que eso estaría lejos de la realidad.

-Yo.. No sé que hacer, usted tendrá que decirme Kaede san-

-Tú no te preocupes de nada, yo haré todo, sé que ésto no es voluntad de ninguno de los dos, pero.. Lo menos que puedo hacer es dar todo de mi para que te sientas bien ¿Si?-

Kaede había tomado sus manos y las había besado. Percibir la tibieza de sus labios en su piel le había erizado cada vello en sus brazos y Kaede notaba la reacción.

Era un poco tonto sonrojarse por algo así, sobre todo dadas las circunstancias, pero no podía ir contra las reacciones de su cuerpo. Pese a lo nefasto de la situación Rintarou sentía que todo estaba bien si Kaede san se encontraba a su lado.

-Está bien Kaede san.. Solo.. No sea brusco conmigo-

-Claro que no.. Comenzaré entonces, si algo no te gusta ten la confianza de decírmelo, aquí vamos- Kaede le recuesta para arrodillarse a un costado de sus piernas herméticamente cerradas- Rintarou.. Abre tus piernas por favor-

Rintarou volvió a enrojecer, solo que ésta vez el rubor recorrió incluso su cuello. Tenía miedo, vergüenza, estaba ansioso, su mente era un lío. Kaede veía a Rintarou abrir sus piernas sin dejar de cubrir con sus manos lo que pudiese.. Tan inocente y tan tímido.

-Relájate Rintarou, no quiero lastimarte, debo prepararte para que no sufras con ésto-

-¡Ah! Duele, despacio Kaede san.. Arde y duele- Lloriqueo, no pensó que de sentiría así, tan desagradable.

-Respira conmigo.. Inhala profundo cariño, no desesperes, no te haré daño- Kaede apenas podía mover su dedo entre tanta estrechez.

-E..Está bien.. Intentaré calmarme.. Kaede san- Con un calada de aire rápido Rintarou elevó la cadera por la sensación nerviosa que le provocó cierto movimiento.

-Encontré tu punto ¿Te gusta ahí verdad?- Kaede pasó saliva al escuchar a Rintarou gemir.. Dos de sus dedos no dejan de entrar y salir de él para comenzar a expandirse, era muy estrecho, apenas podía maniobrar sin el riesgo de lastimarle.

EXPERIMENTO OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora