EXPERIMENTO OMEGA

Efusivo.

Habrán la puerta.. ¡Ahora!

-S..Si señor-

El temible y oscuro alfa había llegado sin avisarle a nadie, quería ver con sus propios ojos el desorden que había dentro de sus instalaciones.

Todos esos idiotas se creían muy listos, involucrándose con los omegas.

No iba a seguir permitiendo que sus empleados pensaran que podían aferrarse sentimentalmente a sus preciadas mercancías, sobre todo aquellos omegas en cinta.. valían el doble.

-Reune a los omegas y a sus 4 alfas designados, los quiero en la sala principal en 20 minutos-

-Si señor, de inmediato-

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El alfa había pasado una noche bastante agotadora, si bien era muy resistente cuando de madrugar se trataba, ésta vez era distinto.

Las cosas cambiaban totalmente cuando la imposibilidad de dormir se debía a una gran preocupación, como lo fue cuidar de su omega durante toda la noche.

Ahora veía con sus opacados ojos, como Akihito dormía con un semblante en total calma, acurrucándose en su pecho, soltando algunos ronquidos.. ese insolente era adorable.

-Mm.. más.. Ryuichi..-

Lo que faltaba..

Asami se sentía algo incómodo y divertido a la vez.. omega descarado.

¿Cómo creerle cuando dice que no le interesa si hasta sueña con él?.. Era halagador.

-Akihito-

-Mm.. oh Ryuichi.. mm-

Asami se removió cuando sintió la excitación de su omega frotándose a la suya, ambos estaban desnudos, Akihito sin querer lo estaba provocando y él no tenía pensado ponerle las manos encima, no hasta aclarar la maldita situación que llevaban.

-Akihito, despierta-

-Ah..-

Asami tocó la frente de Akihito comprobando que no hubieran rastros de fiebre, también observó la hora en su reloj de mano, viendo que eran las 8.30 de la mañana.

Aún era temprano, debía dejarle dormir, debía abstenerse, tampoco es que fuera un puberto de esos que eyaculan solo con ver una revista de pornografía barata.

El era Asami Ryuichi, y tenía un aguante envidiable.

-Ryuichi.. ahí.. si-

Bien.. en esos casos, cuando un omega como Akihito se apegaba de esa manera contra su cuerpo, solo quedaba una solución.

Pensar en alguna idiotez que le congelara.

Y si había alguien que lo fastidiaba enormemente, era el estúpido de Nikiforov..

Nikiforov mostrando sus malditas nalgas cubiertas con una tanga que el jamás en sus cinco sentidos usaría en la vida..

Muy bien.. va funcionando..

Nikiforov hablando de su "Gran pene ruso", pidiéndole que le muestre el suyo para compararlo..

Nikiforov hablando de su cabello, que según él, es perfectamente plateado y no gris, cuando en realidad eso no importa, ya que el idiota quedará calvo muy pronto.

Perfecto.

Ahora tenía todo controlado y para su suerte Akihito había dejado de frotarse contra él, quizá debería aprovechar a dormir en lo que su omega despertaba o algún entrometido aparecía por la sala.