Besos nocturnos.

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Misaki abrió los ojos después de haber dormido bastante bien durante la noche.

Los calmantes le funcionaron a la perfección, no dormía así desde hace mucho tiempo, la universidad y otras preocupaciones no se lo permitían y se había mal acostumbrado a una vida de zombie universitario.

Enfocando su vista divisó un reloj que había en la pared, notando que eran las seis de la mañana.

Era muy temprano.

Vio la cama a su costado, pero estaba vacía, Rintarou no se encontraba ahí, supuso que había ido al baño.

Estaba pensando en el paradero de su compañero cuando siente su estómago rugir con fuerza, escuchándose ruidosamente. Tenía tanta hambre que podía devorar al primer ser humano que se le atravesará.

-Hambre.. No lo soporto, me levantaré y veré si hay alguien despierto.. O si hay comida por aquí-

Al levantarse sus piernas temblaron un poco, y desde adentro de su trasero sintió un jalón doloroso, también lo había afectado una pequeña dosis de vértigo.. Esperaba no desmayar en el camino de su búsqueda de alimentos.

Al salir de sala recién se percató de algo importante, no sabía que decir.

Ternura, miedo, confusión..

Ahí en la cama de hospital, estaba Kaede, aquel amable médico, cómodamente durmiendo, mientras en sus brazos, Rintarou se encontraba aferrado y con un rostro de máxima satisfacción.

¿Debería seguir mirándoles? ¿Sería de mala educación despertarles para pedirles ayuda con su hambriento problema?.

Antes siquiera de llegar a una conclusión Rintarou se removía inquieto, despertando con sus movimientos al alfa detrás de él.

-¿Misaki? ¿Qué pasa pequeño? ¿Qué haces levantado?- Kaede pregunta algo adormilado.

-Mmm.. Buenos días Misaki kun ¿Te sientes bien? ¿Por qué estás en pie? ¿Necesitas ir al baño?- Rintarou cuestionó con un ojo abierto y el otro cerrado aún por el sueño.

-¡Eh! N..No, no pasa nada, disculpen, no quise despertarles y causar molestias, es solo que..-

Antes de terminar de explicarse, un fuerte gruñido salió nuevamente de su estómago sacándole una sonrisa al alfa y al omega que le veían desde la cama de hospital.

Misaki sintió una gran vergüenza.

-Ya veo- Rintarou sonríe- ¿Misaki kun tiene hambre verdad?-

-Lo siento, en verdad lo siento Rintarou san-

-Misaki, no tienes porque disculparte, es normal que tu cuerpo reclame por alimentos y te dé un sonoro llamado de atención si no has comido nada- Kaede también sonríe un poco.

-Ya Kaede san, no se burle más de mi-

-Kaede san, ya no seas así- Rintarou no podía ocultar su risa también.

-Mira quién lo dice, tramposo, tú también estas riéndote- Kaede le picó.

-No sean malos ¡Ya no se burlen!- Misaki les apuntó para luego carcajearse- Está bien lo acepto, es gracioso.. Tengo muchísima hambre, no pude aguantarlo más y tuve que levantarme-

-Kaede san ¿El comedor está abierto a ésta hora?- Rintarou tenía esa duda, estaba dispuesto a ayudar a Misaki.

-No, pero no te preocupes Rintarou, sabía que ésto podía pasar, tengo algunas cosas para comer en la bodega de insumos. Iré por ellas, quédense ambos aquí, te dejaré un intercomunicador, si alguien viene a molestar, me avisas por favor y vendré inmediatamente- Kaede se sienta sobre la camilla dispuesto a levantarse.

EXPERIMENTO OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora