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Shirabu llegó a su casa con todo el corazón agitado y la mente también, no podía sacar de su mente aquella escena tan erótica del mayor y es que había sido algo simplemente sexy, además ahora recodaba lo que le había dicho al mayor antes de retirarse de su hogar.
¡No sabía como iba a mirarle ahora! De seguro habría una enorme tensión entre ambos. Debía hacer algo para que eso no ocurriese y bueno, también debía preguntarle que había causado que se formase aquella erección.
Tratando de olvidar lo ocurrido decidió darse una ducha, esperando poder distraerse un poco, pero fue todo lo contrario, no podía olvidar lo de antes y nuevamente se asomó una erección, la cual debía de atender si o si en esos momentos, de todas maneras estaba solo y demasiado caliente.
Tomó su erección entre una de sus manos, comenzando con un suave vaivén mientras que a su mente venía Ushijima en un estado agitado, también recordaba la verga que se guardaba entre los pantalones. Pronto comenzó a imaginarse una situación sexual con el mayor, donde se besaban de manera desesperada, toqueteándose todo el cuerpo. Imaginaba las grandes manos de Wakatoshi acariciando todo su cuerpo, su torso, su trasero; imaginaba como le tomaba entre sus grandes brazos. Su mente le puso en tantas situaciones tan fantásticas y deliciosas que pronto eyaculó en su mano, salpicando un poco contra la pared del baño. Con el rostro acalorado y su respiración agitada limpió su mano, para luego acabar de bañarse y finalmente ir a acostarse, pensado en toda lo ocurrido aquella tarde.
Antes de dormirse le mandó un mensaje a Ushijima
"Nos vemos mañana, ¿No?"
Apagó su Internet, no quería leer su respuesta, ya que le causaba un poco de escalofríos y cosquillas en el estomago. Ya leería la respuesta al día siguiente. Luego de darse mil vueltas en su cama, pensando en todo lo que podía ocurrir al siguiente día, logró dormirse, pero le había costado demasiado conciliar el sueño. Estaba ansioso, emocionado y algo nervioso, era un manojo de sentimientos que ni el mismo sabía explicar. Estaba confundido.
Al día siguiente encendió su internet para ver si Ushijima había respondido a su mensaje y efectivamente había sido así.
"Sí, veamos a las cinco de la tarde. No volverá a ocurrir lo de hoy. No causaré problemas"
