A blue-haired girl|| BRIANGIE (Adaptación)

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Mi alarma está por sonar en cualquier momento. Me pasé media noche despierta, dando vueltas, contando las líneas que separan los paneles del techo y repitiendo el horario del curso mentalmente.

Hoy yo lo considero el día más importante de mis dieciocho años de vida, no es ninguna excepción.

—¡Brisa! —oigo gritar a mi madre desde la cocina.

Gruñendo para mis adentros, me obligo a salir de mi pequeña pero cómoda cama. Me tomo mi tiempo de tender la cama por última vez.

—¡Brisa! —grita de nuevo.

—¡Ya estoy levantada! —le contesto.
El ruido de los armarios abriéndose y cerrándose en la cocina indica que está tan ansiosa como yo.

Tengo muchos nervios, los siento en el estómago y, mientras dejo caer el agua de la ducha, rezo para que la ansiedad que siento vaya disminuyendo.

Yo era la chica que se pasaba las noches mirando videos en youtube con las piernas cruzadas en el suelo del comedor.

El día que llegó mi carta de admisión a la facultad de Buenos Aires, sentí una desesperación tremenda, y mi madre lloró durante horas, o eso me pareció. Teníamos deseos distintos, pero creía que la pantalla de irme me daría la libertad de hacer lo que yo realmente quiero.

Tenía poco tiempo para terminar de empacar y subir las cosas al auto. Tenía 15 minutos hasta la casa de mi mejor amiga Marti. Gracias a nuestra beca teníamos la posibilidad de vivir durante el año en una de las casas estudiantiles.

—¡Brisaaa!

—Mamá, ya salgo. ¡Por favor, deja de gritar mi nombre! —digo mientras
Camino fuera del baño ya lista.

—Hola, al fin—me saluda mi hermana gruñendo.

—Hola. —Le sonrío. intentando ocultar mi nerviosismo, y recojo mi
pelo castaño oscuro en una cola de caballo.

—Cielo,  tienes un par de minutos para que te peines —dice mi
madre tranquilamente.

Me acerco al espejo y asiento; tiene razón.

—Voy a ir metiendo tus maletas en el coche —ofrece mi padre saliendo de la cocina.

Luego de acomodar un poco mi pelo salgo al patio, mi familia me espera. Todo está listo y llega el momento de las despedidas. Mi madre llora como siempre, pero se queda tranquila de que la podre visitar cuando tenga tiempo.

El viaje comienza.